Menú

Los progres y atontados Oscar aburren (pero Lady Gaga y Bradley Cooper provocan éxtasis mundial)

Los Oscar progresistas igualan premios a mujeres y grupos étnicos pero se olvidan de divertir. Solo Gaga y Cooper parecían personas, no robots.

En su intento de adaptarse, lo más atractivo de esta 91 gala de los Oscar ha sido la alfombra roja, poblada de apuestas clásicas y experimentos divertidos pero, al final, anodinos. En lo cinematográfico, la fiesta siempre ha mezclado lo atrayente con lo empalagoso, de la mano de una duración excesiva y un cúmulo de decisiones (¿El discurso del Rey mejor que La red social? ¿The Artist por encima de El árbol de la vida? ¿Shakespeare in Love mejor que Salvar al soldado Ryan?) más bien poco transgresoras. Ahora, en 2019, con Roma y Green Book repartiéndose la gloria en una decisión salomónica de la Academia de no masajear en exceso a Netflix, los Oscar han incluso desahuciado hasta a su presentador en una gala rapidísima desde el comienzo, pero también carente de gags, ideas visuales y rápidamente olvidable.

Un suceso fortuito, el de recortar la figura del "host", pero en realidad sumamente representativo de esa tensión que recorre los premios: incorporar películas populares a la mezcla (pero solo si representan algo "importante", lo que ha convertido obras de género como Black Panther o Déjame salir en reivindicaciones raciales); dejar que cómicos incómodos atraigan a ese público joven que huye de eventos mastodónticos e institucionales (pero para anularlos, no sea que digan algo muy loco) y en general seguir debatiéndose en esa incómoda transición entre la tradición y esa dichosa modernidad que corre el riesgo de desequilibrarlo todo. Vivimos años locos de múltiples voces y cambios en el consumo, nada que ver con la época en la que Bob Hope y el brillante Billy Crystal podían satisfacer a la platea del Teatro Dolby y la audiencia televisiva a un tiempo.

En ausencia de un alud de gags para capturar a la audiencia, la encorsetada gala se inició con lo que queda de Queen junto a Adam Lambert, con unos segundos de "We will rock you" y "We are the champions", seguidos de un vídeo motivacional con imágenes de todos los estrenos que ustedes podrían haber visto en cualquier otra gala. Y no hubo más, nada más, en uno de los comienzos más absolutamente deslucidos de los Oscars que se recuerdan. La gala continuó así, rápida y sin errores terribles a falta de no tener nada que mostrar, pródiga en mil reivindicaciones raciales y con unos Oscar de actuación de absoluto carril (salvo la gran sorpresa de la noche, que fue pura justicia: el premio a Olivia Colman por La favorita, desplazando a esa Glenn Close que cantaban las apuestas).

El único momento eficaz que no parecía pensado y ejecutado por un robot fue la interpretación de "Shallow" a manos de Bradley Cooper y Lady Gaga, donde la pareja de Ha nacido una estrella volvió a demostrar tal sintonía que los rumores de romance no tardarán en estallar, ya verán. La hilarante reacción de la británica Colman y, a su manera, incluso el manipulador discurso ideológico de Spike Lee, que en esta tesitura se hizo por sorpresa con el guión adaptado por Infiltrado en el KKKlan, casi fue un alivio por sacarnos del sopor de madrugada. Mejor eso que el discurso de un congresista que sufrió en sus carnes el drama narrado en la película Green Book, cosa que efectivamente ocurrió en el enésimo ramalazo reivindicativo de la noche.

Quizá haya sido esta la gala que mejor representa esa extraña épica que mencionábamos: si en lo anterior no hubo emoción o sorpresa, esas sensaciones sí existieron en la categoría de Mejor Película, donde un puñado de obras destacables pero tampoco tanto (mis favoritas siempre fueron Green Book y Ha nacido una estrella, tachadas no me pregunten por qué de conservadoras, conformistas y -atención- fascistas) competían en una igualada carrera bañada más en pretencioso progresismo que en britannium (fun fact: el material del que está hecho el Oscar). Al final, Roma y Green Book se repartieron los méritos: la primera con dirección y fotografía (Cuarón, en ambas) y la segunda actor secundario y guión adaptado.

¿Les sorprende el resultado dado el tratamiento de máxima obra maestra dispensado a la película mexicana? Esto no es ninguna novedad, y así lo dicta el complejo sistema de voto preferencial instaurado en el año 2008 tras la ausencia de El caballero oscuro del apartado de mejor película. Desde entonces, la ganadora a Mejor Película no es la que obtiene más votos, de la misma manera que los académicos no votan únicamente a una película. Lo que hacen, desde ese año 2008, es ordenar sus preferencias, esta vez ocho, con una que naturalmente sería su opción ganadora. Como no hay una mayoría de papeletas y académicos que permita tal cosa, cosa lógica al haber ocho nominadas, lo que hace PwC es redistribuir las papeletas de la película menos votada (que quedaría automáticamente eliminada) en base a la segunda elección de cada una de esas papeletas. Y así hasta que una película en concreto obtiene el consenso de la mayoría absoluta. Quizá, en el fondo, lo que más le pesó a la película de Cuarón es no ser americana, y todo esto sean elucubraciones de madrugada.

Me quedo con una categoría a mejor director donde, sin pantomimas y aspavientos, un mexicano (Alfonso Cuarón), un polaco (Pawel Pawlikowski) y un griego (Yorgos Lanthimos) compitieron con dos americanos, Spike Lee y Adam McKay, que efectivamente son uno negro y otro blanco. En su intento de adaptarse, los Oscar ya solo son la alfombra roja, que es lo que quizá siempre han sido. Pequeños vestigios de cambio, con la excelente Spider-Man: Un nuevo universo arrebatando con justicia el premio a la Mejor Película de Animación a los dos secuelas de la poderosa Disney que también emite los premios, Los Increíbles 2 y Ralph rompe internet. Como era de esperar, la gala de los Oscar de este 2019 ha sido sosa, sin gracia y absolutamente predecible, además de un tanto molesta.

Listado completo de ganadores

MEJOR PELÍCULA
Green Book

MEJOR DIRECCIÓN
Alfonso Cuarón por Roma

MEJOR ACTOR PROTAGONISTA
Rami Malek por Bohemian Rhapsody

MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA
Olivia Colman por La favorita

MEJOR ACTOR DE REPARTO
Mahershala Ali por Green Book

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Regina King por El blues de Beale Street

MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Peter Farrelly, Brian Currie y Nick Vallelonga por Green Book

MEJOR GUIÓN ADAPTADO
Spike Lee, Kevin Willmott, David Rabinowitz y Charlie Wachtel por Infiltrado en el KKKlan

MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA
Roma (México)

MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
Spider-Man: Un nuevo universo

MEJOR DOCUMENTAL
Free Solo

MEJOR FOTOGRAFÍA
Alfonso Cuarón por Roma

MEJOR MONTAJE
John Ottman por Bohemian Rhapsody

MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN
Hannah Beachler y Jay Hart por Black Panther

MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA
Greg Cannom, Kate Biscoe y Patricia DeHaney por El vicio del poder

MEJOR BANDA SONORA
Ludwig Göransson por Black Panther

MEJOR CANCIÓN
Ha nacido una estrella: 'Shallow'

MEJORES EFECTOS VISUALES
Paul Lambert, Ian Hunter, Tristan Myles y J.D. Schwalm por First Man

MEJOR VESTUARIO
Ruth Carter por Black Panther

MEJOR MEZCLA DE SONIDO
Paul Massey, Tim Cavagin y John Casali por Bohemian Rhapsody

MEJOR EDICIÓN DE SONIDO
John Warhurst y Nina Hartstone por Bohemian Rhapsody

MEJOR CORTO DE FICCIÓN
Skin

MEJOR CORTO DOCUMENTAL
Period. End of Sentence

MEJOR CORTO DE ANIMACIÓN
Bao

Temas

En Cultura

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Alta Rentabilidad