Las fuentes
Ahora se habla mucho de creadoras de series televisivas y se escriben libros. Como si no las hubiera habido antes.
El estreno de Viudas, de Steve McQueen (el director de cine, no el actor malafollá), es una excusa para reivindicar a Lynda La Plante. Antes de que las televisiones (ya entraba Antena 3) nos marearan con la emisión de Principal sospechoso, su más importante serie (y uno de los mejores trabajos de Helen Mirren), ya habíamos visto Las viudas (1983) en TVE. Un año después. Miniserie de seis capítulos sobre tres viudas de una banda de atracadores que decidían dar el golpe planeado por sus maridos muertos.
Ahora se habla mucho de creadoras de series televisivas y se escriben libros. Como si no las hubiera habido antes. Vale que Lucille Ball y Mary Tyler Moore fueron importantes como productoras, no tanto por su faceta creativa, pero antes de celebrar a las Shondas, las Jenjis o las Sherman-Palladino (le preguntas por Jill Soloway y pone los ojos en blanco), estaban Linda Bloodwood-Thomason (Chicas con clase), Diane English (Murphy Brown) o Susan Harris (Enredo, Las chicas de oro y muchas más). Y no olvido a Barbara Hall, que además de Joan de Arcadia o la Juez Amy, está demostrando en Madam Secretary cómo hacer una buena serie sin necesidad de loas de la crítica (ese episodio que plantea la maternidad subrogada y la necesidad de una regulación internacional unificada debería ponerse en los partidos políticos).
En TCM (se puede ver en Movistar+) hay un documental muy recomendable, Nothing like a dame, con Joan Plowright, Maggie Smith, Judi Dench y Eileen Atkins. Cuatro excepcionales actrices británicas. Sobre todo de teatro (en 1966, Plowright, la viuda de Laurence Olivier, hizo la Beatrice de Mucho ruido y pocas nueces que el año antes había hecho Maggie Smith, ese papel endiablado que en el cine bordó Emma Thomson y que también podría haber rematado Lauren Graham). Todas han hecho cine y televisión, aunque Maggie Smith sea la más recordada por su personaje en Downton Abbey. Pero, además, Eileen Atkins es junto a Jean Marsh la creadora de Arriba y abajo. Ambas veían La saga de los Forsyte (BBC, 1967) y lo que querían era saber quién pelaba las patatas, quien vaciaba los orinales. Por un compromiso teatral no pudo intervenir como actriz en la serie original (Marsh era Rose). Pero sí en la nueva versión. Y de señora.
Con respecto a Susan Harris, le hizo Entertainment Weekly hace unos meses una entrevista estupenda. Además de decir que no le gusta La maravillosa Sra. Maisel pero sí Poldark, recordaba cómo escribía Enredo. Lo hizo sola la primera temporada y media. Como María Moliner su diccionario. Piensa horrorizada en las salas de guionistas con 15 personas. Ahora que tanto de lo viejo vuelve (Murphy Brown, Chicas con clase, Viudas en el cine), cuenta que le propusieron un musical con Las chicas de oro. "Dije que no. Las chicas de oro eran Las chicas de oro. Dejémoslas tranquilas". Basta ya. Vayamos a las fuentes.
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