Una luz de esperanza en medio de la pobreza y miseria de Andalucía
Jornada dedicada al cine español que completaron una espléndida película danesa y una argentina desconcertante.
La Seminci ha dedicado el martes al cine español. Por un lado con la proyección de dos películas que todavía no han llegado a todo el país, la de José Luis Cuerda (Tiempo Después) e Isaki Lacuesta (Entre dos aguas) y por otro por las 4 Espigas de Honor otorgadas al programa Versión Española, Eduard Fernández, Iciar Bollaín y Juan Antonio Bayona. Una decisión que me parece totalmente errónea ya que no hay ninguna necesidad, en lo que llevamos de festival han entregado 6 Espigas de Honor, algo que desde mi punto de vista infravalora ele premio. Como máximo debería recaer en dos figuras que se lo mereciesen.
Con esto no digo que no se lo merezcan los que anoche subieron al escenario del teatro Calderón, sino que debería repartirse en varias ediciones. A este paso, no quiero ni imaginar lo que puede pasar el año que viene con una Espiga de Honor por día.
En los cinematográfico empezamos con la que tiene todas las papeletas para llevarse el premio Pilar Miró a nuevos realizadores, la danesa The Guilty (Den skyldige) de Gustav Móller. Se trata de una angustiosa historia de apenas 85 minutos donde un policía, suspendido temporalmente, atiende un teléfono de emergencias. Recibe una llamada de auxilio e intentará solucionar un caso lleno de giros. Interpretación perfecta para una película que deja sin respiro al espectador. La frialdad de la que acusan a veces a la filmografía nórdica se convierte en esta ocasión en una auténtica bomba de calor por todo lo que encierra la historia y el personaje central.
De Dinamarca nos vamos a Argentina con La Quietud, del aclamado director Pablo Trapero. El argentino hablaba con Libertad Digital de esta película y del que será su próximo trabajo, la adaptación para TV de uno de los éxitos editoriales de los últimos años, Patria. Trapero afirma que afrontará el trabajo "con toda honestidad" para "intentar reflejar todo lo que el autor cuenta en el libro".
Muy alejado de Patria está el trabajo La Quietud, la película recibe el nombre de la finca en la que se desarrolla gran parte de la acción en la que tres mujeres, una madre y sus dos hijas, darán rienda suelta a sus emociones, miedos y recuerdos de una vida en apariencia normal pero que esconde las más terribles de las verdades. Este director, que presentó su primera obra hace 20 en San Sebastián, ha tenido una carrera fulgurante con 11 películas en su haber, algunas de ellas tan destacadas como El clan.
Con La Quietud nos muestra un universo muy particular que a algunos ha gustado mucho y a otros ha irritado. Yo soy de los primeros, me gusta el cine de Trapero, me gustan sus historias porque me plantean cosas que me revuelven y que no me dejan indiferente, y eso es bueno.
El día se completó con Jaulas, película también de un director novel, el andaluz Nicolás Pacheco. Contada a modo de tragedia nos presenta a unos seres encerrados en su pobreza y miseria, tanto material como humana. Unos seres que buscan la libertad a toda costa y no la encuentran. Película muy desgarradora que roza la tragedia y de la que también ha habido división de opiniones. Al menos, y como decía antes, no deja indiferente a nadie, y eso a la hora de contemplar una película es bueno. Si una película no destaca por algo, apaga y vámonos.
Lo más popular
-
Ángela Quintas, química: "Nos vamos a convertir en la generación que no supere la edad de nuestros padres" -
El Supremo dice que el correo sobre el novio de Ayuso salió de la Fiscalía con "destino" Presidencia del Gobierno -
El Supremo cita a declarar como imputado al fiscal general por su papel "relevante" en la revelación de secretos -
Ana Pardo de Vera: si ella llama gorila a un negro entonces no es racista -
Los argentinos pierden el miedo a alquilar: "Es una cosa impresionante"
Ver los comentarios Ocultar los comentarios