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Juan Manuel González

Crítica: '12 Valientes', con Chris Hemsworth

Chris Hemsworth vuelve a ser lo mejor de una película bélica que narra la primera operación americana en Afganistán tras el 11-S.

El tiempo todo lo matiza, y la aportación del productor Jerry Bruckheimer al cine de los 90 empieza a ser, si no comprendida, al menos sí merecidamente contextualizada. Películas como La Roca, Marea Roja, Enemigo Público, Con Air o Armageddon, e incluso Black Hawk Derribado (así como series como CSI) definieron a base de balazos y tonos tierra y azules un cine en el que el reparto y el guión todavía contaba por encima de la necesidad de franquiciar marcas comerciales cuanto más blancas, mejor. Tras su ingreso en el cine familiar con la saga Piratas del Caribe, todo eso se perdió, y la figura y el famoso logotipo de Bruckheimer (que en los ochenta y en colaboración con el fallecido Don Simpson también pergeñó American Gigoló o Superdetective en Hollywood) se difuminó en favor de otros horizontes e intereses.

12 valientes es, por eso, un regreso, pero no del todo feliz. El filme dirigido por el desconocido Nicolai Fuglsig narra la primera operación militar estadounidense en suelo afgano tras los ataques del 11-S. El escuadrón Dagger del capitán Nelson (Chris Hemsworth, demostrando por qué él es lo mejor de Vengadores: Infinity War) trabajó con un señor de la guerra afgano para acabar con uno de los principales terroristas talibán a las órdenes de Bin Laden. El filme, como ven, está basado en hechos reales, los de los relativamente desconocidos "horse soldiers" que abrieron el camino a la contienda post 11-S, pero a diferencia de filmes como el citado Black Hawk Derribado, así como otros más recientes como El único superviviente o 13 horas, esa etiqueta acaba limitando el alcance de un relato que jamás se decide a violentar al espectador.

No me entiendan mal: 12 valientes no es menos entretenida que aquellas, tampoco menos espectacular. Lo que sí es, definitivamente, es menos incómoda. Fuglsig escoge la legítima vía de la aventura bélica, pero por el camino apisona algunos apuntes interesantes y distintivos que hubieran "desblanqueado" su propia operación: la imposibilidad de realizar una operación quirúrgica en un país extranjero; la difícil ecuación entre confianza y sospecha que se establece entre Nelson y su equivalente afgano, el general Dostum; el intento de retratar la dedicación del soldado americano en un entorno hostil... No estamos pidiendo un retrato psicológico del talibán, pero todo eso son motivos que aparecen y desaparecen a lo largo de un relato sólido pero convencional, y que acusa cierta indefinición al margen de la loa a una misión suicida. Al final, lo que queda es un entretenida película de acción bélica animada por excelentes actores (Michael Shannon, William Fichtner y Michael Peña) pero un tanto impersonal; una crónica demasiado típica dirigida de manera sólida y profesional, pero poco implicada. 12 valientes no es ni un elogioso poema ni un trágico lamento. Es decir, aquello que Peter Berg o Michael Bay habrían intentado hacer con toda su alma, sin disminuir el tamaño de las explosiones.

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