Si algo tenemos que destacar de la jornada del jueves es el preestreno del documental Sanz, lo que fui es lo que soy, la hagiografía de uno de los cantantes más populares de España. Imagino que los 100 minutos, excesivos por otro lado, que dura este documental gustará mucho a sus fans, que se cuentan por millones, y a la productora, Mediaset-Telecinco, que rellenará su programación con el próximo estreno en TV.
A mi entender un documental no es sólo mostrar el lado bueno de la persona a la que se retrata sino también las aristas, sufrimientos o espinas que haya tenido en su vida. Se tendría que haber subtitulado San Alejandro Sanz ya que no se puede decir más cosas buenas y constructivas de un cantante en estos 100 minutos que son mera publicidad del mismo. Imaginamos que el ego de Alejandro Sanz estará muy alto después de haber visto esta película.
Me da mucho morbo pensar que algún día alguien hará un documental sobre él y que seguramente no estará autorizado. Seguro que será más sabroso que éste. La excusa es mínima, la preparación del único concierto que hizo en Madrid con otros amigos cantantes por el 20 aniversario de la publicación de su disco Más, que incluía el popular Corazón Partío.
En cuanto a la Sección Oficial seguimos sin encontrar la película de este festival. Aunque todas las esperanzas están puestas en Casi 40, la película de David Trueba en la que vuelve a reunir a Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, los protagonistas de su ópera prima, La buena vida. Todo nos hace pensar que nos podemos llevar una decepción ya que al parecer le ha costado mucho financiarla, nadie la veía clara y su distribuidora es muy pequeña. Tanto que nos tememos que la publicidad de la misma sea mínima y dependa que se hable o no de ella de lo que pase en este certamen. Poniéndonos en lo peor, a lo mejor pasa con más pena que gloria.
Volviendo a la Sección Oficial, el jueves también nos trajo la película de los hermanos Alenda, Sin fin, basada en un corto anterior que presentaron en este mismo festival. En la película vuelven a contar con sus interpretes, María León y Javier Rey, que dan vida a dos enamorados en distintos tiempos de la relación que son el inicio, casi el final y el reencuentro del científico al que da vida Javier Rey gracias a una máquina del tiempo de la que por cierto se habla pero nunca vemos.
Es una historia de amor compleja y a lo mejor difícil para el gran público pero que no está exenta de interés y del buen hacer especialmente de los actores, magníficos en sus personajes. No hemos podido comprobar la reacción del público ya que la vimos en pase de prensa pero puedo opinar que a aquellos que entren en su trama les va a gustar y mucho.
Seguimos con la tanda latinoamericana a la que cada vez nos acercamos con menos interés, tanto que a la hora de escribir esta crónica hay un pase de una de ellas y atendiendo al argumento de la misma estoy pensando que ni siquiera voy a ir a verla. Seguro que me aburro y para qué perder el tiempo. Que lo pierdan los organizadores a los que tanto les gusta este tipo de cine y a los que nunca vemos en el cine, pero sí en la foto.