La Librería ha ganado los premios gordos de esta 32º edición de los Premios Goya: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Adaptado. En cuanto a número de estatuillas la ganadora ha sido Handia, 10 en concreto, pero la mayoría de las llamadas técnicas, salvo Mejor Actor Revelación, para Eneko Sagardoy, y Mejor Guión Original.
La favorita a priori, la catalana Verano 1993, no se llevaba finalmente el Goya aunque no se va de vacío ya que se lleva 3: Dirección Novel (Carla Simón), Mejor Actriz Revelación (Bruna Cusí) y Actor de Reparto (David Verdaguer). Si hablamos de perdedoras una ha sido Abracadabra, la película de Pablo Berger, que no ha ganado ninguno. El autor se "conforma" con el de Mejor Actor para Javier Gutiérrez y Actriz de Reparto para Adelfa Calvo.
En cuanto a Mejor Actriz no ha habido sorpresas y ha sido para Nathalie Poza, que lleva ganando premios desde la presentación de No sé decir adiós en el Festival de Cine en Español de Málaga del año pasado.
De la gala sólo puedo decir que me he aburrido muchísimo, que ni el guión ni los presentadores ni los vídeos han estado a la altura de la expectativas creadas. No hay peor cosa que especular sobre lo irreverente que podían ser los presentadores sin prever que este año la Academia no ha querido demasiados problemas, a pesar de los abanicos rojos en apoyo a las mujeres y las quejas de la Academia a través de sus representantes en cuanto a IVA y subvenciones.
La falta de ritmo ha hecho que solo un breve despunte del personaje de Paquita Salas, que no es conocido por el público generalista, brille. Ha sido tan poco este brillo, que los agradecimientos de Julita Salmerón, madre del director Gustavo Salmerón, ganador del Goya por el documental Muchos hijos, un mono y un castillo; y el de Nathalie Poza han destacado en esta noche gris y aburrida, muy aburrida. Me temo lo peor en cuanto a audiencia se refiere.
Por cierto, ya que los líderes políticos de Cs, Podemos, IU y PSOE asisten a la gala de celebración del cine español, los asistentes, actores, productores..., deberían decirles que la mejor forma de promocionar el cine español es ir a algunos de sus estrenos, en los que no les vemos jamás. Al igual que también lo pueden hacer regalando al Rey un lote de series españolas en lugar de Juego de Tronos, serie anglosajona por si no se ha enterado Pablo Iglesias.
Así son las cosas de una gala que quedará en mi memoria por cómo los guardias de seguridad de la gala acudían en masa a la sala de radio en la que estábamos para acabar con el catering de los periodistas. En fin, una más.