La jornada comenzaba con muchas expectativas en el Festival de Málaga. Esteban Crespo, uno de los cineastas más prometedores de la nueva hornada del cine español, presentaba su primer largometraje tras recibir por sus cortometrajes más de 200 premios internacionales además de un Goya y una nominación a los Oscar.
Con Amar nos presenta la historia de dos jóvenes que viven su primer amor. Ella tiene 17 años y está terminando el instituto mientras él tiene 18 y está comenzando la universidad. Ambos vivirán este primer amor de descubrimiento del sexo y la experimentación de una forma un tanto posesiva.
El gran acierto de Esteban Crespo es no mostrar ninguna escena explícita sino que el espectador se imagina lo que está pasando la mayoría de las veces. Crespo explicaba a Es Cine que "no se trataba de ser morboso, no hace falta". De esta forma, huyendo del morbo, centra la atención en los sentimientos de los protagonistas.
Una buena ópera prima con un ritmo muy particular que hará recordar a más de uno la inconsciencia e inmadurez de la juventud. Mención especial merece su protagonista femenina, María Pedraza, que ha sido la sensación de la jornada. Es su primera película pero a buen seguro que muy pronto sabrán más de ella. Crespo explicaba a esRadio que ya está preparando su próxima película y que será un thriller.
Precisamente esa es la temática de la siguiente película a competición del día, La niebla y la doncella, basada en la novela homónima de Lorenzo Silva. La película está protagonizada por Quim Gutiérrez, Verónica Echegui y Aura Garrido. La protagonista de El ministerio del tiempo es sin duda lo mejor de la película. En el caso de Quim no es su mejor interpretación y Verónica Echegui, siendo una gran actriz, simplemente no está en personaje sino en otra película distinta. Una historia que prometía pero que los diálogos y el montaje final hacen que decaiga por momentos no teniendo claro quién es el asesino y por qué lo hizo, algo clave para terminar un thriller.
Y cómo este año el festival también incluye películas iberoamericanas en su Sección Oficial llegaba El otro hermano. Un drama argentino con tintes de western con dos sólidas interpretaciones a cargo de Leonardo Sbaraglia y Daniel Hendler, que despertaba la admiración de uruguayos y argentinos a su paso por las calles de Málaga.
El otro hermano trata sobre las miserias del ser humano y cómo es capaz de pasar sin remordimientos por encima de hechos tan atroces como unos asesinatos, y encima de la propia familia, con el objetivo de salir beneficiado económicamente. Una historia muy dura en la que el espectador no empatiza con ninguno de los personajes, muestra de la putrefacción de todos ellos.
