Todos esperábamos con muchas ganas la nueva película del japonés Yôji Yamada tras la buena sensación de Una familia de Tokio que consiguió el premio en este festival. Creo que por eso esta Maravillosa familia de Tokio, título de la película, nos ha defraudado porque está claro que, visto lo visto, la comedia no es lo suyo. O a lo mejor es que nosotros no entendemos el humor japonés ya que en su país se ha anunciado que habrá secuela de este film debido al éxito.
La historia se centra de nuevo en una familia en la que sobresale el patriarca, un jubilado gruñón, maleducado y un tanto borrachín que hace que su familia ande siempre a la gresca con él. Un día su mujer y compañera durante 45 años le pide el divorcio. La hecatombe será total mientras el espectador asiste a sus consecuencias y reacciones de sus hijos, nueras y yerno. Y también de los nietos, claro. Todo es excesivo, empezando por su protagonista que nos recuerda en exceso al actor español Paco Martínez Soria. Un poco más medido, pero por ahí le anda. Es innegable que el director nipón sabe dirigir y sobre todo sabe componer, y eso salva una película menor que dirigida por otro seguramente no hubiera estado en la Sección Oficial.
De nuevo Brasil tuvo presencia en el certamen con Madre sólo hay una, película que podía haber sido más de lo que realmente es al final. Trata la historia real de un adolescente que fue robado y que a los 17 años tiene que integrarse en su familia biológica. Un film muy disperso que apenas nos cuenta nada y que deja en la imaginación del espectador todos los puntos suspensivos que plantea y que a mí personalmente me aleja de lo que podría haber sido una buena película. No me interesa ningún personaje, empezando por protagonista al que la directora no da más entidad más allá de lo mucho que debe sufrir.
Pero afortunadamente llegó Italia con Locas de alegría para levantar el nivel del jueves. A mí juicio se trata de una de las mejores películas de este festival con un guión redondo que pasa de la tristeza a la alegría, de la emoción a la tragedia en tan sólo un abrir y cerrar de ojos. Sobre todo cuenta con lo que es para mí, junto con Sonia Braga, la mejor intérprete femenina de este año y clara ganadora de la Espiga, la inmensa Valeria Bruni.
Da vida a una mujer bipolar encerrada en un psiquiátrico, un tanto particular eso sí, que hará continuamente de las suyas y que se unirá a una recién llegada con una depresión muy grande para escaparse del centro y vivir una intensa aventura. No quiero contar más de una película que llegará pronto a todas las pantallas de España y que nadie con un mínimo de sensibilidad debe perderse.
Pero no puedo acabar esta crónica sin mencionar, aunque ya lo anunciábamos, la gran presencia mediática y popular que ha tenido Kabir Bedi en Valladolid. El mítico Sandokán de los años 70 ha vuelto a revolucionar a las fans y nos ha contado qué fue de él después de esta serie. Recordaba sonriendo cómo las españolas le gritaban que querían un hijo suyo. Como veis este festival da para mucho, pero mi espacio se acaba y estoy seguro que mañana, ya con las últimas películas en Sección Oficial, podemos hacer nuestra particular quiniela.