España tiene por costumbre cargar la palabra "homenaje" con dinamita. A veces, el presunto reconocimiento o tributo puede derivar en cosa cutre, aunque luego se intente maquillar con argumentos tipo "lo importante es el cariño", etc.
Un "homenaje" así perpetraron el pasado sábado el ministro de Cultura en funciones –el ministro, no la cultura, o quién sabe-, Íñigo Méndez de Vigo, con la actriz Ángela Molina. Ésta recibió el Premio Nacional de Cinematografía 2016 en el museo de San Telmo, en el contexto del Festival de Cine de San Sebastián, y tras los discursos (a)típicos –Méndez de Vigo mezcló a Rilke con Cine de Barrio-, para finalizar el evento, se acordaron de Luis Eduardo Aute.
.@AngelaMolinaT y el Ministro Méndez Vigo cierran juntos el acto dedicándoselo a Aute #64SSIFF pic.twitter.com/X0b1aJxlJz
— Festival S.Sebastián (@sansebastianfes) 17 de septiembre de 2016
El ministro intentó homenajear al autor de canciones como "Dentro", "Slowly" o "Anda suelto Satanás", quien se encuentra ingresado en el Hospital Gregorio Marañón tras sufrir un infarto. Junto a la actriz, cantaron el estribillo de "Cine, cine": él, campanudo; ella, arrancando desafinada y sin saberse la letra.
"Como Eduardo está con nosotros, y siempre tiene lo que se merece, pues tiene su canción", dijo Molina antes de arrancar. Caray.