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Gutiérrez Aragón: en la academia de la lengua

Ha tomado posesión del sillón F de la Real Academia de la Lengua, vacío desde la muerte del escritor y economista José Luis Sampedro.

Ha tomado posesión del sillón F de la Real Academia de la Lengua, vacío desde la muerte del escritor y economista José Luis Sampedro.
El cineasta, guionista y escritor Manuel Gutiérrez Aragón | EFE

Ha toma posesión del sillón F de la Real Academia de la Lengua, vacío desde la muerte del escritor y economista José Luis Sampedro, el director cinematográfico Manuel Gutiérrez Aragón. El acto solemne ha sido en la tarde de este domingo, 24 de enero. Su elección se produjo en sesión académica celebrada el 16 de abril de 2015. El rito obliga a tres académicos a proponer cada candidatura y la de nuestro protagonista fue elevada por Luis Mateo Díez, José María Merino y José Manuel Sánchez Ron. Ya es sabido que los electos se toman un tiempo hasta tener a punto su discurso de entrada. Me viene a la memoria, por ejemplo, el caso del dramaturgo Miguel Mihura quien, haciendo gala de su celebrada pereza, se murió antes de elaborar tal discurso y por tanto, sin hacer su entrada en el edificio madrileño de la calle de Felipe IV. El realizador cántabro, por lo contado, sólo se ha tomado nueve meses para escribirlo. Un parto literario en toda regla. Ha versado sobre "En busca de la escritura fílmica".

Aunque tarde, le precedieron como cineastas en la Docta Institución primero Fernando Fernán-Gómez y después José Luis Borau. Se da la circunstancia de que este último, profesor de Gutiérrez Aragón en la antigua Escuela Oficial de Cinematografía, tuvo mucho que ver con la elección del nombre artístico, ya que Manuel, nacido en Torrelavega hace setenta y cuatro años, recién cumplidos el pasado 2 de enero, se apellida en realidad Gutiérrez Sánchez.

Se estrenó como realizador en 1969 con El último día de la Humanidad. Hasta la fecha ha dirigido una treintena de filmes, con guiones propios, de los que destacamos: Habla, mudita, Camada negra, Sonámbulos, El corazón del bosque, Maravillas, Demonios en el jardín, La noche más hermosa… Desde hace largo tiempo está alejado de las cámaras: su última cinta fue Todos estamos invitados, fechada en 2007.

Durante los años siguientes, Manuel se ha dedicado en cuerpo y alma a la literatura. Ha publicado varias novelas, a saber: La vida antes de marzo, que le valió el premio Herralde en 2009, que narra el encuentro en un tren entre dos seres que no se conocen, uno de ellos un joven asturiano implicado en una célula terrorista islamista. Un tren que va a varios sitios sin detenerse. Otros relatos de Gutiérrez Aragón publicados en los últimos años, son Cuando el frío llegue al corazón, ambientado en la postguerra española, y Gloria mía.

Que se haya vinculado estos últimos ocho años a la novelística no presupone que esté retirado definitivamente como director cinematográfico. Ciertamente, el cine del realizador santanderino tiene grandes connotaciones literarias, lo que se desprende recordando sus bien elaborados guiones, aparte de otras cuestiones de orden técnico, como por ejemplo la elección de exteriores. La estética en ese sentido es notable en sus películas, por lo general con espléndidos paisajes la mayoría de ellos de su bella tierra montañesa. Su manifiesta cultura ha sido también reconocida por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que lo eligió hace tiempo uno de sus miembros.

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