Está claro que el día de hoy lo que menos importa son las películas vistas o no vistas. A falta de conocer el palmarés la noticia es sin duda la llegada a Valladolid de toda una estrella del cine europeo, y del mundo porque ha trabajado más allá del Atlántico, como Juliette Binoche. La excusa, es la protagonista de la última película de Isabel Coixet, Nadie quiere la noche. La razón, cierra este certamen con la entrega de la Espiga de Honor a toda una carrera.
Pero hay que hablar de lo que fue la jornada de ayer y las últimas películas que vimos a competición. Vamos a empezar por la película turca Mustang de la directora Deniz Gamze Ergüven. Reconociendo sus buenas intenciones, a un servidor le recuerda demasiado a la gran película de Sofía Coppola, sin duda su mejor película, Las vírgenes suicidas. La directora a través de la historia de cinco hermanas hace un canto a la rebeldía juvenil y a la fuerza femenina. Una fábula con guiños mitológicos y diferentes maneras de enfrentarse a la opresión familiar que les impide volar libres.
Parece ser que la historia también parte de un incidente real ocurrido en los años adolescentes de su directora. Insisto en que una película tiene que tener algo más que buenas intenciones para calar en el espectador y a mí ese toque blandengue no me ha gustado.
Lo ocurre lo mismo a la siguiente película, Fusi, que algunos han calificado de comedia triste o drama con toques irónicos. La historia nos sitúa en una localidad de Islandia siempre cubierta por la nieve, la oscuridad, las tormentas... en fin, la alegría de la huerta. Fusi es en todo caso un relato de un hombre que ha renunciado a afrontar ciertos pasos necesarios para la llamada vida adulta. Es verdad que su actor protagonista está como él, inmenso, y puede que sea el premio a la interpretación masculina ya que, sin ser un papel que se lo merezca, sí tiene los suficientes recursos como para que se lo den. Aunque ya se sabe que con los jurados todo es posible.
Y finalmente el festival ha decidido que la película de Isabel Coixet, Nadie quiere la noche, sea la que cierre esta 60 semana de la Seminci. Una vez más Isabel Coixet se mete en un film deprimente y obsesivo en donde asistimos a la historia de una mujer, también basada en hechos reales, que irá en busca de su marido que está abriendo una nueva ruta al Polo Norte. En esa búsqueda ella se quedará en medio de la nada con la única compañía de una esquimal embarazada. Todo lo que les pasará a estas dos mujeres es lo que cuenta esta historia que algunos amarán y otros detestarán profundamente, algo que el cine de Coixet provoca en los últimos tiempos.
Y esto se acaba amigos, han sido unos días en los que hemos visto, a mi entender, buen cine aunque nos ha faltado la obra maestra. También es cierto que afortunadamente no ha habido bodrio. En ese punto medio el festival nos ha conducido por historias y personajes que de nuevo nos han acercado a otras latitudes y adentrado en historias que nos han podido interesar más o menos. Me voy contento y deseando que llegue ya la última semana de octubre del 2016 para asistir a la 61 edición del Festival de Valladolid. Hasta siempre Seminci.