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Libro ilustrado '813 Truffaut'

Con todos ustedes el Truffaut de Paula Bonet

Magnífico libro de una de las dibujantes españolas con mayor proyección internacional. Homenaje gráfico al padre de la Nouvelle Vague.

"Uno hace las películas que le atormentan", François Truffaut (1932-1984). Paula Bonet ha resucitado este sin vivir, para delicia de nuevos y de maleados en el cine del padre de la Nouvelle Vague. La dibujante y escritora se ajusta la careta del huérfano, del sin padre, de Truffaut, para acompasar el pulso de sus fantasmas, de sus constantes vitales, imprimiendo la atmósfera, los silencios, las miradas, los pecados o las obsesiones de aquella edad dorada de la verdad narrativa de los autores.

Deseo, amor..., mucho amor y melancolía hay en este libro ilustrado titulado 813, Truffaut, que milagrosamente es de esos que da a las editoriales el placer de las cuartas tiradas."Lo valoro mucho", Paula hace el gesto de tocar madera porque ahora sus útiles de trabajo son el grafito de los lápices de Muji (tienda japonesa que significa marca blanca) la tinta china y la acuarela; "hace 4 años no podía cambiar las persianas de mi casa y me salían sabañones porque no tenía ni agua caliente en la cocina".

Vamos con libro que se ve y se lee. Sólo tenía 184 páginas (podían haber sido 813) y éste ha sido su único "obstáculo", condensar "ese mundo tan bestia". Porque su deuda artística con el creador francés viene de largo. Sólo hay que abrir el libro, "he estado al servicio de Truffaut y de su obra", dice. En la forma de contar, "en vasos comunicantes", en la elección de los colores, "ahumado, nebuloso", de los fotogramas… "Muy honesto, fiel. No podía aportar más que admiración". La humildad nunca se agradece lo suficiente en estos tiempos.

Interior del libro '813'

El libro empieza de una forma infantil: "Éste es François Truffaut... y éste es Jean Pierre Léaud", cuyo "rostro, voz y gestos acaban de crear al personaje Antoine Doinel, el alter ego de Truffaut". Los tres tristes protagonistas de esta historia y la estructura trifásica ha quedado presentada así, sencillamente, en una doble cara de papel amarillento que forma un cuadrado. La segunda parte el libro está dedicada a la filmografía, a La piel suave, Jules y Jim y el doble trío de La mujer de al lado (película elegida por la autora para la portada). Siempre desde la perspectiva el individuo.

Truffaut fue uno de los nuestros, le gustaba el cine, el teatro, la literatura en edición de bolsillo, (Balzac y Víctor Hugo) la ilustración… Y todo está en sus películas. Los personajes que le rodearon llegan a ser nosotros. "El discurso no podía ser pretencioso", dice sobre 813 la autora. Y este es uno de los logros de esta aventura gráfica, el punto didáctico, no es cultureta. "Quería que el público (sus lectores, más jóvenes) que ha consumido el The End, pudiera leer el libro de principio a fin y que ojalá se le contagiara mi entusiasmo al cine de Truffaut y se acercará después a sus películas". Pero los cinéfilos tampoco se sentirán "timados". El triángulo Paula-público-especialistas funciona. Una apuesta valiente. Decía Truffaut que se dirigía al público como una puta profesional "dándole la ilusión del amor, satisfaciéndolo, aliviándolo, pero negándole la boca".

Y tres son los colores de acuarela elegidos para cada capítulo: "un triángulo de amor puro tiene que ser rojo", el amarillo, que "chirría, es más visceral " y azul, "un poco más amable". El dibujo es maravilloso "la tinta china se pone donde quiere. Las manchas son azarosas". Bonet ha "huido" de sus "dibujos más preciosistas" a favor de "un dibujo más duro, más fiel a las imágenes que él conseguía en las primeras películas, con menos presupuesto, con cámaras que no permitían muchas grabaciones, con una luz muy dura… ". Hay piropos que llegan a ofender. Ella y él comparten ese gusto por vestir las cosas con aparente sencillez pero ir más allá. "Yo, hasta hace poco, cuando me hacían entrevistas y se quedaban sólo con que (los dibujos) eran muy bonitos me dolía mucho, porque sí que busco la belleza pero no por la belleza. Me interesa mucho la forma pero el contenido me interesa más. Este libro me ha servido para reivindicar esto".

Por supuesto la grafía es parte de la obra, "cada página está escrita a mano y esto ha sido lo más duro". Hasta en tres ocasiones cambió el tamaño de la letra para que la narración quedara estéticamente compensada con el dibujo. Como anécdota, Paula nos cuenta que "al principio hacia maratones de cuatro y cinco horas escribiendo y cuando al día siguiente retomaba veía que tenía que repetir más de la mitad. El cansancio se nota en la letra". El esfuerzo, sin duda, ha merecido la pena, el lector debe esforzarse más pero "parece que te lo esté susurrando yo", dice satisfecha de su cuento una de las dibujantes españolas con mayor proyección internacional en este momento.

Cuando eches el cierres a la tapa trasera, no te olvides de citar a Françoise: "odio las cosas que acaban". The End.

Editorial: La Galera, colección Bridge

Medidas: 17,0 x 28,0 cm

Encuadernación: Cartoné

Páginas: 184

El libro se puede también visitar hasta el 17 de mayo en Las Naves de Valencia. La exposición incluye 10 dibujos inéditos, proyecciones, cuadernos de apuntes, bocetos, billetes de metro o planos de París, ciudad que visitó la artista para documentarse.

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