'Fuego', la película en la que una víctima de ETA se toma la justicia por su mano
El director vasco Luis Marías es el responsable de Fuego mientras la apertura ha corrido a cargo de Calvary.
La premisa de la que parte Fuego es interesante, la venganza es como un fuego que cuando lo enciendes se vuelve incontrolable y no sabes cómo va a desarrollarse, incluso si se va a volver en tu contra o en la de tus seres queridos. El "pero" viene ahora.
La película narra la historia de un policía interpretado por José Coronado al que ETA pone una bomba en su coche. Sin embargo, las que van a sufrir el atentado por cosas del azar son su mujer y su hija de 10 años. La primera muere en sus brazos, la segunda queda brutalmente mutilada de las dos piernas. Tras 12 amargos años de acumular odio, el personaje de Coronado decide llevar a la práctica el "ojo por ojo..." matando a la mujer del terrorista y dejando sin piernas a su hijo.
El primer problema de la película de Luis Marías es que lo que cuenta nunca ha ocurrido, ninguna víctima del terrorismo se ha vengado. El segundo es que equipara al mismo nivel el dolor del policía con el de la madre del etarra, que sufre porque su hijo está preso lejos del País Vasco, y el de su mujer porque no puede escapar del mundo en el que ella se metió.
Por el contrario, lo mejor de Fuego es la interpretación de José Coronado con un personaje lleno de matices y el suspense que este thriller consigue mantener hasta el final donde descubrimos si finalmente este hombre lleva a cabo su venganza.
El calvario irlandés
Y de venganza también trata la película de inauguración del 52º Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), Calvary. Comienza con un impactante plano secuencia en un confesionario donde el padre James, Brendan Gleeson, escucha la desgarradora confesión de un hombre al que no vemos sobre cómo un cura abusó de él en la infancia. Un tema que no puede estar más de actualidad en estos momentos.
Pero todavía más sorprendente son los planes que tiene esta víctima para vengarse. "Matar a un cura malo no es noticia hoy día, así que le voy a matar a usted porque es un hombre bueno, eso causará conmoción". Y le da de plazo una semana para que ponga en orden sus cosas.
Durante ese tiempo James se moverá entre el miedo y el sentido del deber con su parroquianos que están totalmente descarriados: un frustrado porque no liga que se refugia en el porno más extravagante y ve en la violencia una salida, una adúltera que no se arrepiente, un marido engañado que no reacciona, un médico indolente y sin sentimientos, un estafador con remordimientos... Y para colmo su hija (James estuvo casado y decidió ser cura cuando quedó viudo) con tendencias suicidas.
El director John Michael McDonagh vuelve a demostrar su buen hacer tras las cámaras combinando humor negro irlandés, thriller y wéstern. Y lo del wéstern no es sólo por la composición de los tiroteos, sino también por el bar del pueblo que por momentos se asemeja a un salón del medio oeste. Esta combinación ya estaba presente en su primera película El irlandés, también protagonizada por Gleeson.
Dos venganzas las vistas este sábado en el FICX pero con distinto tratamiento. Mientras en Calvary no hay el más mínimo intento de humanizar a los curas pederastas, en Fuego hay un suspense que no tenemos en la irlandesa donde lo importante no es lo que ocurre al final sino el comportamiento de un buen sacerdote ante una situación así.
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