Si la SEMINCI comenzaba con buen pie gracias al buen hacer de los hermanos Dardenne (Dos días, una noche), la continuación este domingo fue mejor. La mañana comenzaba con una proyección atípica, no estamos acostumbrados a ver en este festival de cine de autor la cabecera de una majors tipo Warner Bros o Universal. Pero ahí estaba el inconfundible sonido de Sony Pictures. Se trataba de Whiplash, una película que era aplaudida, e incluso ovacionada, por público y crítica.
La historia versa aparentemente sobre el jazz, aparentemente porque si bien es cierto que el personaje anhela triunfar como batería en una banda de jazz, aborda cuestiones como la persecución de un sueño y los peajes que a veces hay que pagar para triunfar. La historia gira entorno a Andrew y su profesor de música Terence Fletcher, interpretado magníficamente por J.K. Simmons, conocido por su papel de J.J. Jameson en la primera trilogía de Spider-Man. Un profesor tirano en el que queremos ver su pequeño corazoncito. Que lo terminemos viendo es otra cosa.
Y a continuación vino el plato fuerte del día, Diplomatie, del siempre genial y oscarizado Volker Schlöndorff. La película está basada en hechos reales, concretamente en la noche del 24 al 25 de agosto de 1944, cuando el general Dietrich von Choltitz persuadido por el cónsul noruego desobedece las órdenes de Hitler de reducir París a escombros, muy especialmente sus símbolos más representativos como la ópera, los puentes sobre el Sena, Notre-Dame, el Louvre…
El film es la adaptación de una obra de teatro y conserva mucho de su teatralidad original, como el hecho de que gran parte de la trama transcurra en una sola habitación con el general alemán y el cónsul noruego enfrascados en una guerra dialéctica. Es apasionante ver cómo Schlöndorff ha resuelto tan limitado espacio no limitándose a un cansino plano-contraplano, sino que convierte al espectador en un tercer asistente del encuentro. En una entrevista para esRadio confesaba que "estuve a punto de no hacer la película, no quería otra vez abordar la Segunda Guerra Mundial, pero entonces lei el texto y me encantó". Además, "la UE no existiría si hubieran destruido París, la reconciliación habría sido imposible".
El día terminó con más hechos reales, esta vez de finales del siglo XIX. La historia de Marie Heurtin cuenta la historia de una niña sorda y ciega de nacimiento criada sin ningún tipo de educación y que no sabe comunicarse de ninguna forma. El empeño de una monja harán que Marie aprenda a entender una realidad que hasta ese momento es ajena para ella. Desde el uso de un tenedor hasta quién es Dios. Una cinta muy interesante a la que hay que dar 30 minutos de oportunidad, el tiempo que tarda en arrancar la trama. El director debería volver a montar el inicio para evitar que sea tan lento y repetitivo y que puede desanimar a más de uno a ver una segunda parte realmente interesante.
Este lunes desembarca en Valladolid otro peso pesado, la actriz y directora Liv Ullmann. Competirá con su última película tras las cámaras, Miss Julie, con Jessica Chastain y Colin Farrell en el reparto.