Abundan a estas horas todas las biografías posibles en los medios de comunicación sobre el ya exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón. A la que nosotros añadimos una guinda anecdótica, que a lo mejor no conocen muchos ciudadanos sobre su personalidad: la de ocasional actor cinematográfico.
Muy aficionado al Séptimo Arte, quien llevaba treinta años dedicado enteramente a la política, se extrañó en un principio de la proposición que le hicieron hace algo más de dos años sus buenos amigos, el hoy Fiscal General del Estado, Torres-Dulce y el celebrado realizador cinematográfico José Luis Garci. Se trataba de un papel en la película que los dos últimos llevaban preparando hacía ya largo tiempo. Entre ambos sabido es que existía una común pasión por el cine, consecuencia de la cual el galardonado director de Volver a empezar contó con la presencia del ilustre jurista como tertuliano en un montón de programas de televisión donde este último demostró su indudable erudición, muy en particular en las sesiones de cine norteamericano y más en concreto el policíaco, el de suspense.
Cierto día, Torres-Dulce le habló a Garci de la posibilidad de llevar a la pantalla un guión sobre dos héroes novelescos, Sherlock Holmes y su amigo y colaborador, el doctor Watson, con la particularidad de que la acción debía asentarse en España. Los dos se pusieron a elucubrar con la remota posibilidad de que ambos personajes, realmente, pudieran haberse trasladado a un Madrid galdosiano bien avanzado el siglo XIX, aunque el autor de las obras policíacas en las que los dos viven sus apasionantes aventuras jamás los situaran en nuestra capital. De aquella fabulación surgiría, efectivamente, el argumento de la película, en un principio titulada "Holmes suite 1890" que luego se trastocó en Holmes & Watson. Madrid days. Un actor de ascendencia española aunque nacido en Escocia, Gary Piquer, se transformó en el célebre detective inglés, en tanto el doctor Watson fue a manos del sevillano José Luis García Pérez (identidad casi igual a la del director, cuyo nombre completo es José Luis García Muñoz). La trama giraba en torno al viaje de Holmes y Watson a la capital de España en la creencia de que en alguno de sus barrios bajos transitaba el asesino de mujeres Jack el Destripador. Sabiendo de antemano que al citado nunca le echaron el guante en Londres y su rastro quedó en el más absoluto de los misterios, la persecución en los Madriles no iba a tener una solución satisfactoria para sus perseguidores. No obstante la cinta resultó entretenida, curiosa, muy original y por la pantalla desfilaron personajes de la política y la vida artística y social de aquel tiempo, entre ellos el célebre compositor catalán, Isaac Albéniz.
Y ahí es donde Torres-Dulce y Garci se pusieron de acuerdo hasta convencer al entonces Alcalde de Madrid para que interpretara el papel de su tío-abuelo. Por amistad con ambos (Ruiz-Gallardón es Fiscal de carrera y conoce al primero de los citados desde hace muchos años) y también como una experiencia única, el munícipe y hoy exministro acabó embutiéndose en un añejo traje de etiqueta, despojado de sus lentes, y con luenga barba postiza para parecerse a su famoso pariente, el autor de la inmortal música de Iberia. Corta, episódica fue su aparición en la película, pero en cierto modo ya histórica desde el punto de vista anecdótico. Su secuencia se rodó en la biblioteca del Casino de Madrid. El día en que se tomaron aquellas imágenes estaba presente por cierto uno de los hijos de Alberto Ruiz-Gallardón, tercero de sus vástagos, Rodrigo, que es periodista y cineasta.
Holmes & Watson. Madrid days se estrenó en 2012 y pasó más bien inadvertida para el gran público. Tampoco la crítica le prestó demasiada atención. José Luis Garci determinó que ya no dirigiría ninguna otra película. Pero esa amenaza ya la ha anunciado otras veces y tal vez no la lleve a cabo.