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El día que Robin Williams hizo reír a Christopher Reeve

Robin Williams y Christopher Reeve fueron compañeros de estudios de arte dramático, y su amistad perduró durante los años.

Entre las múltiples anécdotas que deja la carrera de Robin Williams, y también su vida personal (llena de sombras, como se ha hartado de subrayar la prensa, pero también de luces, las de una persona alegre y constantemente optimista), destaca la de su amistad con otro infravalorado actor como Christopher Reeve, intérprete del primer filme de Superman estrenado en 1978 y también uno de sus amigos más íntimos hasta su fallecimiento en 2004.

Ambos se conocieron en la escuela de arte dramático, donde fueron compañeros de habitación. Su amistad perduró a lo largo de los años, y les acompañó cuando ambos consiguieron triunfar.
Tanto es así que tras el fatal accidente que limitó la movilidad de Reeves, impidiéndole volver a caminar, Robin Williams se ofreció a pagar los costes hospitalarios que el seguro del actor no cubriese, siendo también uno de los principales contribuyentes a la fundación contra la parálisis creada por Reeve.

Pero su relación personal va más allá. Antes de una de las operaciones más difíciles después del accidente de equitación, en la que los médicos trataron de reconectar la médula espinal del actor con su cabeza, Robin Williams entró en la habitación caracterizado como el doctor Kosevich, el médico ruso con dificultades para hablar inglés que interpretó en la comedia Nueve Meses. El doctor intentaba realizar una proctología al paciente.

"Por primera vez desde el accidente, reí. Mi viejo amigo me ayudó a saber que, de alguna manera, todo saldría bien".

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