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'Amour', la película que Hollywood no entendió

Seth McFarlane no ha estado todo lo brillante que es en una gala donde Ang Lee arrebata el Oscar a Spielberg con la aparición de Michelle Obama.

Seth McFarlane no ha estado todo lo brillante que es en una gala donde Ang Lee arrebata el Oscar a Spielberg con la aparición de Michelle Obama.
Los premios

Sin sorpresas, así me gustaría titular lo que ha sido la 85 edición de los premios Oscar. La Academia ha decidido repartir sus premios este año entre las 4 películas favoritas que partían en los grandes apartados para llevarse el codiciado Oscar. 

Argo, mejor película, pasará a la historia por ser la primera vez que una primera dama entregue el premio. No imagino a la mujer de Mariano Rajoy entregando un Goya.

Una gala de la que todos esperábamos un poco más, quizás porque su presentador, que nos ha dejado momentos gloriosos en Padre de Familia y Los Simpsons, no ha brillado por su ingenio. Ha estado correcto sin más.

A los que amamos el musical hemos gozado de una noche llena de canciones con algunos momentos brillantes a cargo de figuras como Shirley Bassey que después de 50 años ha vuelto a cantar Goldfinger en un homenaje que se ha hecho a la saga James Bond, la aparición de Barbra Streisand cantando en directo uno de sus temas más populares o el elenco completo de Los Miserables interpretando el tema emblemático del musical. 

Sin olvidar el número de inicio de la gala que corría a cargo de su presentador y que era todo un homenaje a las tetas de las algunas de las actrices allí presentes.

Nos da pena que la mejor película del año, Amour, se vaya con un sólo premio, el de mejor película de habla no inglesa, quizás porque los académicos no se han atrevido con un film que yo creo que no han entendido.

Una entrega de premios que no pasará a la historia como quizá ninguna de las películas de este año en las que Spielberg ha vuelto a salir castigado sin llevarse el ansiado premio al mejor director o mejor película, claro que tampoco es una de sus mejores obras. 

Hay una cosa que sí que me ha gustado, y mucho, como la brevedad de los discursos, algo que deberían aprender el resto de academías del mundo ya que en muchos momentos éstos se hacen insoportables.

Por mucho que digan que es la fiesta de los asistentes y nominados, no deja de ser un espectáculo televisivo que ven más de 1.000 millones de personas en todo el mundo y a los que nos aburre soberanamente el recuerdo a su padre, a su madre, tio, hermana, prima y demás familia

En fin, que un año más estos premios servirán para que dentro de unas horas, cuando abran las taquillas de los cines, alguna de esas películas que aun sigue en cartel sean vistas por más espectadores y para que algunos compren el DVD que está a punto de salir de Argo para ver porqué es la mejor película del año.

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