Si Hollywood no tiene inconveniente alguno en adaptar películas de juegos de mesa (Battleship) o muñecos (la saga Transformers) ¿Por qué no hacer una de un libro de autoayuda? Eso debieron pensar los productores de Qué esperar cuando estás esperando, versión cinematográfica de un popular manual para mujeres embarazadas, verdadero best-seller desde los años ochenta –ha vendido más de 20 millones de ejemplares en todo el mundo-, y que todavía podemos encontrar en las estanterías de ginecología y obstetricia de todas las librerías.
En su traslación al cine, dirigida por Kirk Jones (Todos están bien), Qué esperar cuando estás esperando hereda la estructura coral de la reciente (y superior) Crazy, Stupid Love, en la medida que sigue las andanzas de hasta cinco parejas de diferente extracción social y edad, esta vez en torno a cómo afrontan el primer embarazo y la paternidad en diversas circunstancias. Todo ello con un extenso reparto de protagonistas y secundarios que abarca desde estrellas (¡!) como Jennifer Lopez o Cameron Diaz, promesas a la espera de tomar su relevo como Anna Kendrick, hasta insulsos galanes televisivos de lo que ya no recuerdo el nombre (más que nada porque no me interesan). Todos ellos, menos mal, rodeados de un amplio abanico de cómicos como Chris Rock o Thomas Lennon en papeles secundarios que, como tantas veces sucede en el género, son los qyudan a digerir mejor el producto.
Digámoslo ya: Qué esperar cuando estás esperando tiene muy poco de la Biblia para embarazadas en la que se basa y bastante más de comedia romántica convencional cocinada según el canon (el actual, no el clásico, se entiende). Jones afronta los roles de género, raza y como mero dispositivo para generar humor, algo contra lo que este cronista no tiene demasiado en contra... si se hace bien. En este sentido, Jones tiene claro que su película es una comedia, y salvo algunos arrebatos melodramáticos (como cuando una de las protagonistas pierde el bebé), eso que llevamos ganado. No obstante, y pese a los buenos momentos cómicos que atesora, la claridad de miras de director y guionistas se acaba ahí: Qué esperar cuando estás esperando no avanza y tiene tanto de manual para embarazadas como Transformers de thriller psicológico.
Debido a su exceso de protagonistas, la película nunca aburre, pero tampoco resulta muy beneficiada del constante cambio de registro resultado de saltar de una historia a otra. Qué esperar cuando se está esperando es un precocinado que acusa en exceso las necesidades que le impone su ambicioso target demográfico, que trata de contentar por igual a mujeres y hombres, al público a la búsqueda de una comedia romántica convencional como al que desea una nueva entrega de humor salvaje sobre personajes inmaduros a lo Apatow, prolongándose más minutos de los estrictamente necesarios.
Jones, en definitiva, se permite todas las facilidades posibles. Menos mal que por ahí andan la mitad del reparto de secundarios de La boda de mi mejor amiga (la mejor comedia del año pasado, pero ya me he acostumbrado a que nadie esté de acuerdo) además de presencias como las de Elizabeth Banks o Anna Kendrick (verdaderas actrices cómicas que dan sopas con ondas a los histrionismos de Diaz o Lopez) o incluso Dennis Quaid, que por cierto, parece pasárselo mejor que nadie. Cuando ellos están en pantalla, Qué esperar cuando estás esperando se aguanta mejor.