El productor televisivo John Wells, vinculado a hits televisivos de calado como Urgencias o El ala oeste de la Casa Blanca, debuta en un filme apreciable acerca de la crisis y el desempleo que se aleja del sensacionalismo, pero que cae en lo convencional. The Company Men destaca, eso sí, por un reparto que es un verdadero placer. Encabezado por un Ben Affleck cada vez más seguro de si mismo, el protagonista de The Town de todas formas se ve ampliamente superado por dos monstruos como Tommy Lee Jones (escucharle en versión original es, por cierto, un verdadero placer) y Chris Cooper, uno de esos eternos secundarios capaces de dar peso y entidad a cualquier filme, por no mencionar otros como Kevin Costner, Maria Bello o Graig T. Nelson, todos ellos perfectos en sus papeles.
El error de The Company Men es no escarbar suficiente y conformarse con la versión oficial de la crisis, asumida por algunos, discutida por muchos, y conocida por todos. Wells huye de la paranoia sensacionalista de Michael Moore, cosa que agradecemos como espectadores, pero su filme se desplaza mucho y demasiado pronto hacia lo formulario. Con un cuidado exquisito por la estructura y, aquí sí, una labor actoral de órdago, el previsible desarrollo de The Company Men, su escasa visceralidad y lo poco novedoso de su interpretación de la crisis lastran la fuerza de una película interesante siempre, pero que se deja ver con demasiada comodidad. Quizá semejante desequilibrio se deba a que Wells le ha aplicado una forma demasiado aceptada a un problema demasiado candente.
A pesar de todo ello, The Company Men tiene aspectos positivos por todas partes. Pese a que Wells ha desarrollado su trayectoria profesional en la pequeña pantalla, el filme no se debate con el melodrama televisivo gracias al tremendo oficio con el que equilibra sus factores, sin confundir sobriedad con mediocridad y sin coqueteos con el melodrama. La fotografía de Roger Deakins, colaborador habitual de los Coen, da el necesario lustre cinematográfico a una cinta que equilibra bien el devenir de todas sus historias gracias a una notable claridad de miras, por mucho que nos resulte mucho más interesante lo que ocurre dentro de GTX que fuera. Wells evita quedarse sin ideas a medio metraje y The Company Men se gana un aprobado holgado, pero quizá queríamos algo más.