El famoso cuadro Pánico o El Coloso, atribuido a Francisco de Goya hasta 2008, pasó a ser de un "seguidor de Goya" cuando Manuela Mena, entonces responsable de la colección del pintor en el Museo del Prado, retiró su autoría. Se habló de Asensio Juliá, por las iniciales A.J. que se hallaron, pero no llegó a confirmarse.
Este fue un asunto polémico pues, en 2010, universidades españolas y numerosos expertos en el artista aragonés firmaron un manifiesto apoyando la autoría de Goya en El coloso. Sin embargo, la pinacoteca decía que "la inseguridad del trazo insistido, el colorido estridente de las figuritas y la luz apagada del paisaje y del coloso son ajenos a la impecable técnica de Goya".
Parece ser que, ahora, aprovechando la reordenación de las salas dedicadas al siglo XIX, el Prado ha cambiado de opinión y ha decidido exhibir el cuadro con una cartela que dice "atribuido a Goya". En la web, sin embargo, sigue apareciendo "seguidor de Goya".
El Coloso es una figura masculina de proporciones gigantescas camina de espaldas, rodeada de nubes, con el puño izquierdo levantado. En la parte baja, todo de tamaño muy reducido, hombres y mujeres, carruajes y animales corren. Llegó al Prado en 1931, siendo aceptado y admirado como la máxima expresión del Goya moderno. Durante todo el siglo XX, El Coloso se fue convirtiendo en una de las obras más citadas en la bibliografía de Goya y de las más populares. Se decía que era una obra reveladora de la imaginación y técnica de Goya.
Reordenación
Con esta nueva reordenación, el museo quiere dotar a la colección de "un discurso expositivo más internacional, con mayor presencia de mujeres y más peso de la pintura social". La nueva museografía de las salas del siglo XIX, con 275 obras, frente a las 170 del montaje anterior, plantea una exploración más profunda de esta colección, dotándola de una mayor continuidad con el arte predecesor, para finalizar en las primeras décadas del siglo XX.
Esta nueva revisión se realiza doce años después de la inauguración de estas salas en 2009 y contextualiza, según la institución, el arte español dentro del arte europeo, ofreciendo una perspectiva más global de las manifestaciones artísticas decimonónicas.
De los más de 130 autores diferentes, 57 de ellos hasta ahora no habían estado representados en las salas, 13 son mujeres y 37 extranjeros, frente a los 10 de la instalación anterior.
Por primera vez se incluye una muestra de autores filipinos en la colección permanente y se incorporan nuevas disciplinas artísticas como la miniatura, con un importante conjunto de 40 obras, el grabado y la medallística.