Considerado uno de los grandes maestros del arte del siglo XX, Balthus (1908-2001) es también uno de los pintores más singulares y polémicos de su tiempo. Sus retratos de jóvenes adolescentes en situaciones sugerentes, a las que consideró "capullos aún sin abrir del todo", le valieron acusaciones de pedofilia. En 2017, asociaciones feministas protestaron y recogieron firmas para que se retirase el cuadro Thérèse soñando (1938) de una exposición del Metropolitan de Nueva York y se sustituyera por un cuadro del mismo periodo pintado por una mujer. El Museo se negó en redondo por "respeto por la expresión creativa".
Esa y otras obras controvertidas del pintor francés conforman la retrospectiva que acoge el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, organizada conjuntamente con la Fondation Beyeler en Riehen/Basilea. "Se ha dicho que mis niñas desvestidas son eróticas. Nunca pinté con esa intención, que las habría convertido en anecdóticas. Superfluas. Porque yo pretendía justamente lo contrario, rodearlas de un áurea de silencio y profundidad, crear un vértigo a su alrededor", se defendió Balthus en una ocasión.
Balthus buscaba provocar, fusionando en un mismo lienzo un clasicismo casi académico con una visión psicológica mucho más compleja. El resultado puede perturbar, juega con la ambigüedad y deja en manos del espectador el quedar fascinado o escandalizado. "¿Hablamos de arte o de otra cosa? Si hay personas con valores espirituales distintos y no quieren ver el arte, me da igual. Lamento que se cree un problema por este tipo de observaciones. Siento que se desvía el tema hacia estas opiniones en vez de hablar de arte. Se trata, como se dice en Macbeth, de una historia contada por un idiota", aseguró la viuda del artista, Setsuko Klossowska, durante la inauguración de la muestra.
Hay que contextualizar la obra en el debate artístico de su época. La infancia tiene un sentido mucho más trascendental, como la búsqueda del sentido del mundo. Balthus tenía un interés por la adolescencia que se relaciona con su interés en conocer los secretos del mundo. Quedarse con lo erótico es quedarse con lo anecdótico", defendió el comisario de la exposición, Juan Ángel López-Manzanares
La infancia es un concepto recurrente en su mundo plástico: "Lewis Carroll con su Alicia fue el que me permitió plasmar el encanto de la infancia", explicó el artista. "Porque de lo que se trataba era de acercarse al misterio de la infancia, a su languidez de límites imprecisos. Lo que yo quería pintar era el secreto del alma y la tensión oscura y a la vez luminosa de un capullo aún sin abrir del todo. El pasaje, podría decirse, sí, eso es, el pasaje. Ese momento indeciso y turbio en que la inocencia es total y enseguida dará paso a otra edad más determinada, más social", añadía.
La contradicción se amplifica por la frecuencia de la representación de adolescentes en estado de letargo, ensoñación o encantamiento. El francés mezclaba en sus obras la tranquilidad con tensión extrema, el sueño y el misterio con la realidad, el erotismo con la inocencia.
La exposición, la primera monográfica que se presenta en España en más de veinte años, reúne 47 obras, en su mayoría pinturas de gran formato que cubren todas las etapas de su carrera desde la década de 1920. La selección incluye algunas de sus obras más importantes como La calle (1933), que se verá en España por primera vez, La toilette de Cathy (1933), Los hermanos Blanchard (1937), Los buenos tiempos (1944-1946), y La partida de naipes (1948- 1950), del propio Museo Thyssen y la única obra maestra de Balthus en nuestro país; recientemente restaurada. Las obras han sido prestadas por reputadas instituciones como el MoMA, el Metropolitan, el Centre Pompidou de París, y el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington, entre otras.
Ficha de la exposición
Título: Balthus
Organizador: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en colaboración con la Fondation Beyeler en Riehen/Basilea
Lugar: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Fechas: del 19 de febrero al 26 de mayo de 2019.
Comisarios: Raphaël Bouvier, con el apoyo de Michiko Kono y Juan Ángel López-Manzanares.