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El sensual estilo de Gustav Klimt que encolerizó a los nazis

Viena conmemora el aniversario de la muerte del artista, autor de alegóricas pinturas destruidas por las SS por "pornográficas".

Gustav Klimt, artista austriaco. | Cordon Press
Gustav Klimt

Vestido con túnicas y sandalias, tendió la mano al escándalo y la provocación en la Viena del cambio del siglo XIX, cuando la capital austriaca era una de las ciudades europeas más importantes –y recatadas– del momento. Gustav Klimt (1862–1918) mostró predilección por la sensualidad, el erotismo y la figura femenina en su pintura, pero cruzó la línea de lo considerado por entonces decoroso. Fue el azote de los santurrones austriacos y, posteriormente, objeto de ira de los nazis. Se cumplen 100 años de la muerte de Klimt, uno de los principales precursores del movimiento modernista y el simbolismo vienés, que trajo consigo una ola de cambio en las artes plásticas del país.

El beso | Österreichische Galerie Belvedere

La polémica sobre sus obras fue tema de conversación en los mejores salones austriacos, pero subió un escalón más, hasta el ámbito político, cuando en 1894 Klimt recibió el encargo de decorar el techo del Aula Magna de la nueva Universidad de Viena. Debía representar la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia. La inauguración fue un escándalo de proporciones mayúsculas. La prensa fue implacable y le atacó por su "innecesaria" carga erótica. El Congreso le acusó de "pornografía" y "excesiva perversión" por lo que esos frescos nunca podrían ser exhibidas en la institución académica. Propusieron al artista trasladar las pinturas a la Galería de Arte Moderno de la capital austriaca, pero Klimt se opuso y acabó por comprarle al gobierno sus propias obras.

De esos frescos apenas se conservan algunos bocetos preparatorios y una fotografía de Medicina. En mayo de 1945, las pinturas fueron destruidas por las SS. Los nazis calificaron las obras de Gustav Klimt, al igual que la producción de otros "artistas prohibidos", de "escandalosas", "pornográficas" y contrarias al régimen, por lo que debían desaparecer.

Reconocimiento en vida

Danae (1907) | Galerie Wurthle

A pesar de la controversia que lo acompañó en vida, Gustav Klimt supo reconciliarse con la sociedad vienesa y un año antes de morir a causa de una neumonía fue nombrado miembro honorario de la Academia de Bellas Artes de Múnich y Viena. Era el exponente de un estilo propio, de una ola de cambios, con sus obras influenciadas por los mosaicos bizantinos que creaban atmósferas enigmáticas. Destacan obras como Palas Atenea (1898), Friso Beethoven (1902), una reinterpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven, El beso (1907-1908), icono del modernismo vienés o Danae (1907). Hoy en día, es uno de los artistas preferidos de las casas de subastas –el Retrato de Adele Bloch-Bauer, pintado en 1907, fue adquirido por el Museo neoyorquino Neue Galerie en 2006 por 135 millones de dólares–.

Retrato de Adele Bloch-Bauer, de Gustav Klimt

Gustav Klimt murió el 6 de febrero de 1918 en Viena. Para conmemorar esta efeméride, la capital del Danubio ha organizado diversas conferencias y exposiciones en torno a su producción artística, que abarca lienzos, frescos, dibujos, cartones para tapices y cerámicas.

Se podrán contemplar como nunca antes las pinturas que el célebre pintor realizó en el hall del Museo de Historia del Arte de Viena (Kunsthistorisches). Hasta el 10 de junio, estará instalado "el puente de Klimt", una escalinata de 12 metros que ofrece a los visitantes la oportunidad de ver de cerca esos murales.

Asimismo, el Museo Leopold ha reunido pinturas, obras sobre papel y documentos del artista, tanto de la colección privada de la familia Leopold como de préstamos de instituciones privadas y colecciones internacionales, que refleja la evolución artística de Klimt desde el historicismo tardío hasta el modernismo vienés.

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