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Cristina Losada

Neopuritanas

No sé si la retirada de 'Hilas y las ninfas' es un desafío para las fantasías victorianas, pero imagino que para el puritanismo victoriano sería un puntazo.

No sé si la retirada de 'Hilas y las ninfas' es un desafío para las fantasías victorianas, pero imagino que para el puritanismo victoriano sería un puntazo.
Galería de Manchester

La Galería de Arte de Manchester ha quitado un cuadro, Hilas y las ninfas, para provocar un debate sobre la representación del cuerpo de las mujeres. El cuadro es del pintor prerrafaelita J. W. Waterhouse, que ya no puede protestar, y la decisión de descolgarlo, de un grupo de activistas que quiere hacer, a su costa, una protesta. El objetivo de la acción activista es –cito de la web de la galería–- "suscitar una conversación sobre cómo exponemos e interpretamos obras de arte en la colección pública de Manchester". Es sorprendente que la manera de suscitar una conversación sobre cómo exponer e interpretar obras de arte consista en retirarlas. Pero no lo llamemos censura, que nos censuran.

Entre las vagas cuestiones que se proponen las activistas con la retirada de Hilas y las ninfas figura la de encontrar maneras de hablar de la colección "que sean pertinentes en el siglo XXI". Se trata, sugieren, de hablar de que "esta galería presenta el cuerpo de la mujer o bien como forma decorativa pasiva o como mujer fatal. ¡Desafiemos esta fantasía victoriana!". Se trata igualmente de conversar acerca de que "la galería existe en un mundo lleno de cuestiones interrelacionadas de género, raza, sexualidad y clase que nos afectan a todos". Y de debatir sobre "cómo pueden hablarnos las obras de arte en formas más contemporáneas y relevantes" y de "qué otras historias podrían contar estas obras de arte y sus personajes". Apasionante.

Lo único seguro es que el propósito de estas activistas, y el propósito que quieren que tenga un museo, no es exponer obras de arte e informar acerca de ellas y sus autores. Quieren contextualizar las obras en nuestro tiempo –entendido a su manera–, no contextualizarlas en su tiempo y en una tradición artística. Resulta significativo a ese respecto que tomaran como objeto del ataque –porque ataque es retirar un cuadro por razones activistas– esa pintura, porque representa algo muy distinto de lo que dan a entender. En la mitología griega, Hilas, favorito de Hércules, miembro de la expedición de los Argonautas, fue secuestrado por las ninfas por su belleza. Por la de la Hilas. Así que el tema no sería tanto la belleza femenina como la masculina. Pero estos son, por lo visto, pequeños detalles irrelevantes.

Meses atrás, en Estados Unidos, otro grupo de activistas hizo una petición, firmada por varios miles de personas, para que el Metropolitan retirara un cuadro de Balthus, que tenían por especialmente perturbador. El museo no cedió, pero el patrón activista se ha reproducido con éxito en la retirada del Waterhouse, hecha con el apoyo de la propia Galería de Manchester y de su comisaria de arte contemporáneo. El contexto, ya que de contextualizar hablamos, no es ajeno al despegue del movimiento #MeToo y su repercusión pública y mediática. Advirtieron no hace mucho cien intelectuales francesas, con Catherine Deneuve a la cabeza, de los excesos del movimiento y de la existencia de una pulsión puritana bajo el pretexto de proteger a la mujer. Bueno, pues ya están descolgando cuadros de los museos con el pretexto de suscitar debates sobre cómo se representa el cuerpo femenino. No sé si la retirada de Hilas y las ninfas es un desafío para las fantasías victorianas, pero imagino que para el puritanismo victoriano sería un puntazo.

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