La palabra trampantojo se ha hecho popular gracias a la cocina, concretamente gracias a los programas de televisión. Chema Madoz lleva haciendo trampantojos desde el inicio de su carrera como fotógrafo, allá por los años 80. En el 2000 se le concedió el Premio Nacional de Fotografía, en reconocimiento a esas imágenes que contienen segundas lecturas. Un significante y un significado. Es la manera de mirar de Chema Madoz la que nos cuenta una historia: aquello en lo que antes no habíamos reparado.
La muestra "Chema Madoz. El viajero inmóvil", que se expone en el Centro Conde Duque de Madrid, hasta el 16 de abril, se engloba dentro de una serie de exposiciones titulada "Miradas de Asturias", y que -lógicamente- buscan promover la buena imagen del Principado. La selección consta de 34 imágenes inéditas y un vídeo. Se encontrarán con elementos naturales, habituales en la obra de Madoz, pero también paisajes muy reconocibles de Asturias, reinterpretados a través de ideas abstractas de su fotografía.
El Madoz más reconocible
El trampantojo en fotografía no lo inventó Madoz, pero lo ha hecho habitual en su obra, y -por ello- es el elemento más reconocible. Además, el uso del blanco y el negro, con toda su escala de ricos grises y los tonos sepia son clave para apreciar las texturas de los materiales, otro de los elementos fundamentales de su obra. El tercero, la luz. Nada se ilumina por casualidad, las sombras tienen su propio lenguaje en la obra. Y, bajo toda esta técnica, está la idea. La creatividad de Madoz es única.
- Exposición "Chema Madoz. El viajero inmóvil", Miradas de Asturias – 2017
- Lugar: Centro Cultural Conde Duque (Calle Conde Duque, nº11. 28015 – Madrid)
- Fechas: Hasta el 16 de abril de 2017
- Organiza y promueve: Fundación María Cristina Masaveu Peterson
- Comisario: Borja Casani
- Entrada gratuita