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'Las Furias': las macabras torturas de la mitología clásica, en El Prado

El museo inaugura este lunes una exposición que permanecerá abierta hasta el 4 de mayo, y en la que destacan obras de Miguel Ángel o Ribera.

El Museo del Prado invita a subirse a la barca de Caronte para descender a las tinieblas del Hades en Las Furias. De Tiziano a Ribera, una exposición que se ha inaugurado este lunes y que permanecerá abierta hasta el 4 de mayo de este año, y en la que podemos encontrar, entre un total de 28 obras, dibujos y pinturas de grandes genios como Miguel Ángel, Rubens o Ribera.

Protagonizan la muestra un póker de moradores mitológicos del inframundo clásico, todos ellos castigados por haber desafiado a los dioses del Olimpo: Ticio, condenado a que un buitre le devorase el hígado por intentar violar a una amante de Zeus; Tántalo, quien por servir a su hijo Pélope en un festín a las deidades, fue castigado con el hambre y la sed eternas; Sísifo, quien debía portar una enorme piedra por delatar las aventuras sexuales de Zeus, e Ixión, quien tenía que dar vueltas sin fin en una rueda tras intentar conquistar a Hera.

Arranca la exposición con una sección liderada por Miguel Ángel, pionero en dibujar el castigo de Ticio en 1532 como un ejemplo de la indefensión del amor -la obra fue un regalo para su amante, Tommaso de Cavalieri. También encontramos un grabado de Beatrizet y una representación española de las Furias: el Ticio púdico, con un paño cubriendo los genitales, de Gregorio Martínez.

Sin embargo, es la política y no el amor la mecha que desata la popularidad de las Furias, que aparecen como conjunto en la Historia del Arte en 1548, cuando María de Hungría encargó a Tiziano para su palacio de Binche -ubicado en las afueras de Bruselas- cuatro lienzos de Ticio, Tántalo, Sísifo e Ixión, representando a los príncipes alemanes que se sublevaron contra su hermano, Carlos V. Así, en la segunda sección de la sala encontramos una medalla de plata de Carlos V en la que aparece representado como Júpiter luchando contra los titanes, obra de Leone Leoni, o el Sísifo y el Ticio de Tiziano. Además, preside la sala una copia del Laocoonte clásico, ejemplo máximo de la representación del dolor para los artistas del Renacimiento y del Barroco.

La tercera sección está dedicada a los pintores holandeses, quienes despolitizaron el género y se centraron más en los estados de ánimo y en la variedad de actitudes y movimientos, y en la que destaca el Prometeo encadenado de Rubens, quien sufrió un castigo similar al de Ticio, sin ser personajes del todo intercambiables: Prometeo fue castigado por robar el fuego de los dioses y entregárselo a los hombres en su beneficio; Ticio, por violador. La cuarta sección está presidida por el genio terrorífico y gestual de Juan de Ribera, quien plasma con la mejor precisión el dolor y la tortura de estos gigantes.

Finaliza la exposición con obras de pintores italianos de mediados del siglo XVII, destacando el Prometeo 'gore' de Salvator Rosa, óleo sobre el que aparece el condenado completamente destripado, mientras el águila devora sus intestinos. Según el comisario de la exposición, Miguel Falomir, la fiebre de las Furias se agotó hacia 1.700, cuando el "género ya no daba más de sí". No es mal pretexto Las Furias. De Tiziano a Ribera para acercarse al Museo del Prado, disfrutar de sus tesoros y sumergirse, en este caso, en los oscuros infiernos de la mitología clásica a través de esta magnífica exposición.

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