La figura de Alaska ya ha quedado inmortalizada a tamaño real en el Museo de Cera de Madrid, una imagen que se mostrará a partir de hoy y de la que la cantante se ha sorprendido por la fidelidad incluso en los tatuajes.
Alaska ha elegido la sala de monstruos del museo para situar su figura, en vez de la de artistas en la que podría haber estado: "Me vengo con Franknestein, mito sexual donde los haya; además, entre los monstruos clásicos me encuentro mejor que en ningún sitio".
Mi novio es un zombi canta Alaska y, sin duda, está ahora más cerca de ellos: "Por fin me encuentro en el lugar al que pertenezco en espíritu, la sala más preciosa del mundo".
Para la cantante se ha cumplido un sueño y una promesa que llegó en 1992 por parte del museo, pero que no se pudo llevar entonces a la realidad, "algo de lo que me alegro mucho, porque tendría otras medidas, otra nariz y estaría horrible, así que la espera ha merecido la pena".
A Alaska le ha acompañado Mario Vaquerizo, quien ha destapado la figura de la cantante entre "flashes" de fotógrafos, tras asegurar que él es el Frankestein particular de la artista y que, cuando ella esté de gira, visitará el museo para no echarla de menos.
La cantante vestía el mismo atuendo que su figura de cera, un vestido negro de transparencias y lentejuelas que lució en la sesión de Mario Testino para Vogue.
"Me prometieron que tendría una figura antes de que cumpliese 50 años y llega una semana antes", ha asegurado la cantante, quien se mostraba ilusionada y orgullosa de que se respetasen sus tatuajes y las pulseras que acostumbra llevar.