La cultura no se libra del coronavirus

La rápida expansión del coronavirus y las diversas medidas preventivas pensadas para evitar un contagio masivo en todo el mundo están afectando de manera directa al ámbito cultural. Todos los sectores han sido afectados, desde la industria editorial a la del cine, pasando por la del arte o de la música. Nadie ha quedado indemne de la plaga. Pese a todo, tampoco puede decirse que se trate de una situación extraña o imprevisible. Las propuestas culturales suelen traducirse en grandes aglomeraciones de personas, por lo que su regulación no sólo era esperable, sino también inevitable.

Las noticias anunciando la cancelación de estrenos de películas, festivales y giras musicales, o el cierre de monumentos visitables como el Duomo de Milán, no paran de sucederse. La última en trascender ha sido la decisión de la Orquesta Sinfónica de la RAI, cuya sede está en Turín, de posponer la gira por España que tenía programada para la semana que viene. Aún no se conocen las nuevas fechas de los conciertos.

Un artículo de Vozpópuli hace referencia a las pérdidas del sector del cine, que se calculan en "5.000 millones de dólares hasta el momento" y que provienen, entre otras cosas, del cierre masivo de las salas —"70.000 sólo en China"—. La alarma también ha hecho atrasar el estreno de algunas de las cintas más esperadas del año: el de la última película de la saga 007, titulada No Time to Die, se ha pospuesto hasta noviembre; y la versión en carne y hueso de Mulán, cuyo estreno estaba programado en China para este mes de marzo, se ha quedado sin fecha de lanzamiento, de momento, en el país asiático.

Por otro lado, el gobierno francés ha decidido cancelar la celebración festival de música electrónica Tomorrowland Winter 2020, que estaba programado para mediados de este mes en la estación de esquí de Alpe d’Huez, cerca de la frontera alpina con Italia.

En cuanto al mundo editorial, las principales afectadas han sido las diversas Ferias del Libro europeas, lo que no deja de suponer un grave contratiempo para miles de autores, editores y agentes literarios. La última en anunciar su cancelación ha sido la de Londres, que iba a celebrarse entre el 12 y el 14 de marzo y que "reúne a visitantes provenientes de 135 países y 25.000 profesionales del sector", según publicó recientemente Karina Sainz Borgo, también en Vozpópuli. A eso habría que añadir el aplazamiento de la Feria del Libro Infantil de Bolonia; la cancelación de la Feria del Libro de Leipzig, y el anuncio del Salón del Libro de París, que esta semana desconvocó su inauguración. Pese a todo, según señala también la periodista, se trata de una medida que no parece haber afectado aún a Sudamérica, cuyas ferias de Buenos Aires y Bogotá continúan, de momento, sin ser desprogramadas.

En todo este ambiente de extraña incertidumbre, sobresalen sin embargo algunas noticias discordantes. Es el caso de la inauguración de la exposición sobre Rafael —pensada para conmemorar los 500 años de su muerte— que, pese a estar ubicada en las Escuderías del Quirinal, en Roma, no sólo no ha sido cancelada sino que ha servido como un bálsamo en medio del brote que está sacudiendo a todo el país. Según los organizadores, ya se han vendido 70.000 entradas.

En la misma línea, también ha sido noticia el aumento significativo en las ventas de La peste, la novela del Nobel francés Albert Camus. La editorial Gallimard habla de un alza del 40% con respecto a las ventas de todo un año, y el libro se ha colocado en los primeros puestos de las listas de libros más vendidos de países como la misma Italia.