La Academia Palentina de Historia, Letras y Bellas Artes recibe en su seno a una nueva académica, doña Andrea Herrán Santiago, que disertará hoy, en la Institución Tello Tellez de Meneses, sobre la obra de César A. de los Ríos. Hace poco más de un año que nos dejó, ¿cuántos sufrimientos y disgustos políticos se ha ahorrado? Ni un solo día he dejado de recordarlo. Ni un solo día he dejado de preguntarme: ¿qué diría César de tanta frivolidad en la política española? Nadie en la prensa política ha llenado su vacío. Fue el mejor analista político de finales del franquismo, la Transición y la democracia. Fue un intelectual libre y honesto. Es imposible que, hoy, una prensa arrastrada por los lodazales del poder favorezca la emergencia de un personaje tan auténtico como el periodista César A. de los Ríos.
Múltiples son la aportaciones de César a la cultura española, pero quizá la más importante sea la propia reivindicación de la idea de cultura española. Pocos pueden comparársele en perspicacia a la hora de vincular el análisis político al cultural. Más aún, pocos han hecho en España la crítica de la política a través de la crítica cultural con tanto acierto moral y estético. Sí, estético, porque a César no sólo le repugnaba la maldad por la maldad, sino por deforme, vil y fea. César era un escritor de estilo. Gran estilo. Eso se refleja tanto en sus columnas como en sus libros. César hablaba muy bien. Daba gusto oírlo platicar sobre cualquier asunto, pero escribía muchísimo mejor. He ahí uno de los ejes de la disertación de la profesora Herrán, quien me pondera que su Guía de Palencia es fascinante, comienza por unos datos sensibles y geográficos, pero enseguida los trasciende para llegar a algo más profundo, más humano y más sentimental. En el caso de la descripción de la villa de Aguilar de Campoo, continúa la nueva académica, se pasa de la descripción del entramado urbanístico a sentir la sensación de la vida cotidiana en la villa. La vida bulle. A continuación aparece un silencio y un arroyo para describir el Monasterio de Santa María la Real. Es ética y ascética. Es un silencio y un reposo percibido por los sentidos. Los datos que aparecen nos hacen trascender de lo real a lo más profundo, de lo concreto a lo universal.
El fervor que por la obra literaria de César muestra Andrea Herrán, profesora de Literatura, solo es comparable con quienes aún seguimos pensando que sin esos mimbres estéticos jamás habría llevado a cabo una labor periodística de tanta envergadura. Su gran legado a la cultura de España, siempre insistiré sobre este asunto, fue al periodismo político. Durante muchos años seguirá siendo un modelo para el análisis político. No hay una sola columna de César que no enseñara o dijera algo para orientarse en la vida. Nada de lo que escribió fue gratuito. Todo fue necesario. Fue un clásico del análisis político porque consiguió algo inédito en la cultura moderna de España: transformar la información, el conocimiento y la pura sabiduría en la actividad intelectual para alimentar la vida del ciudadano que necesita de las ideas, o sea del saber a qué atenerse para vivir en comunidad política. En democracia.