El "presidente de Tabarnia en el exilio", como le gusta presentarse a Albert Boadella, es el rostro visible de esa Cataluña que no se siente representada por los separatistas que abarrotan los medios de comunicación. Y no está solo, como demuestra el hecho de que su movimiento particular haya crecido tanto como para que haya sido necesaria la publicación de un libro explicativo, ¡Viva Tabarnia! que, en clave de humor, pretende mucho más: "Reflexionar sobre la situación actual en Cataluña y las causas políticas, sociales y culturales que han conducido a ella".
La idea de escribir el libro vino en un momento concreto, aquel en el que el portavoz de Tabarnia, Jaume Vives, le preguntó por qué había sucedido todo lo que ha sucedido en Cataluña: "Él es un chico muy joven, tiene 25 años, y me contó la manera como se dio cuenta de que, inconscientemente y de forma muy desagradable para él, tendía a sentir una cierta superioridad sobre el resto de españoles. Yo le conté que eso tiene que ver con la esencia del catalanismo. El catalanismo, esencialmente, es xenofobia". Se le ocurrió entonces relatar la historia de Tabarnia, y aprovechar para analizar la difícil situación.
Tabarnia surgió, como él mismo ha explicado en la presentación, a partir del 21 de diciembre. "Después de esas nuevas elecciones, una buena parte de catalanes nos sentimos desolados, necesitados de una vía de escape. Tabarnia es una catarsis por la tangente; una salida de emergencia en la que el humor y la sátira constante del comportamiento separatista sirve como asidero para todos aquellos que no nos identificamos con el independentismo".
Las causas
En su opinión, el catalán es el "problema más grave al que se ha enfrentado España desde la Transición", que muchos españoles "no conocían bien hasta que pasó lo del 1 de octubre. Tal vez un poco antes". "Tabarnia es una respuesta. Si vamos a pelear por el derecho a decidir, pues decidamos todos, incluso los barrios, ya, si nos ponemos", ha dicho. Se trata de la voz de "los cientos de miles de catalanes que no quieren lo que está pasando". En ese sentido, ha aprovechado para lanzar un dardo y ha mencionado que "los que nos enfrentamos al nacionalismo nos hemos sentido desamparados por todos los gobiernos que ha habido. Incluyendo también al actual, que lo ha hecho muy mal".
Para él, las causas que han posibilitado que se llegue a la situación actual son "muchas". "Sobre todo la educación. ¿Cómo se ha permitido que se impriman durante tantos años esos libros de texto? En los noventa recuerdo que tuve que ir a hablar con el director del colegio de mi hija, porque la estaban adoctrinando". "Creo que todos los gobiernos han mirado a otra parte a lo largo de los años", ha añadido.
Siguiendo con el tema del adoctrinamiento, ha incidido en la importancia de los medios. "El odio une mucho", ha comentado, "y en Cataluña existe mucho odio hacia todo lo español. Por las mentiras muy bien redactadas por TV3, que es una cadena golpista, que lo que hace es promover sentimientos golpistas en la población". "Entre una cosas y otras lo que hoy existe en Cataluña no es adoctrinamiento, sino más bien doma. Son una inmensa secta domada, que votará lo que haga falta para cumplir los objetivos del nacionalismo".
En la misma línea, ha analizado "otro fenómeno absurdo", el del "complejo de Cataluña como víctima. ¿Víctima de qué? Se nos presenta ahora como víctimas del franquismo; como si hubiéramos sido los únicos… Eso los nacionalistas lo han sabido vender bien", ha proseguido diciendo. "En Cataluña no se ha hecho una historia muy objetiva de lo que pasó en la Guerra Civil. Se piensan que fuimos invadidos; que éramos una unidad republicana que fue invadida por Franco. Y eso es una falsedad".
Ha conectado ese fenómeno con otro, que ha explicado diciendo: "Ahora está cuajando bien fuera de España la Leyenda Negra. Está siendo azuzada por los nacionalistas, que venden eso de la España intolerante y franquista. Y eso parece gustarles a ciertos medios extranjeros. Fuera queda tan bien eso de España: tierra de sol, playa y Franco, que debe costarles mucho desmontarlo".
De la misma forma, ha explicado la razón por la que el independentismo es defendido por gente de todos los oficios, y por gente muy bien formada, también. "Se trata de una locura colectiva. Salvando las distancias y sin que se coja este ejemplo al pie de la letra, es lo mismo que pasó en Alemania en los años treinta, cuando mucha gente formadísima cayó en aquella cloaca".
Para finalizar, preguntado sobre el posible riesgo de futuros altercados violentos en Cataluña, ha respondido: "Igual en algún momento alguno quemará más neumáticos en la carretera, pero no pasará nada más grave. Porque no estamos en los años treinta. Ahora la gente tiene mucho más que perder que antes. Lo único que puede forzar la situación es que a una potencia, extranjera o partidista interior, le interese en algún momento echar más leña al fuego", ha concluido.