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El musical Don Juan llega a la Gran Vía de Madrid

El Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, versionado en una gran producción musical al estilo de Broadway

Una gran producción musical al estilo de Broadway

Han tenido que pasar más de 25 años para que alguien se atreviera a poner en marcha un musical sobre el célebre Don Juan Tenorio, de José Zorrilla (1844). El compositor musical Antonio Calvo tuvo la idea de sonorizar esta obra de la que se han hecho, y se seguirán haciendo, multitud de adaptaciones.

Generalmente en nuestro particular Broadway que es la Gran Vía de Madrid se importan musicales que ya han cosechado éxitos en otras ciudades: Londres, Nueva York o París, pero no es habitual montar una producción de esta envergadura desde cero (con excepciones como El hombre de La Mancha).

Por eso tiene tanto mérito, tanto valor, la puesta en marcha de un musical así. Tan nuestro como el Don Juan, y en un mes tan señalado como este. Don Juan, un musical a sangre y fuego es una apuesta arriesgada precisamente porque al ser un texto tan conocido en algunos momentos puede chirriar la musicalización, pero precisamente esa desventaja se convierte en un pro: tan conocida es la historia que este musical es muy comprensible.

Don Juan, un musical a sangre y fuego comienza muy potente, con un número espectacular, coros muy vivos, escenografía monumental y un vestuario contemporáneo que es digno de una pasarela. Es el preludio de la adaptación que vamos a presenciar, fiel al texto, pero con licencias artísticas y elipsis argumentales que agilizan la trama. Dos partes bien diferenciadas componen las más de dos horas de obra, con un entreacto de 10 minutos.

Y, en ellas, destaca Toni Bernetti que encarna a Don Juan, quién carga con prácticamente todo el peso de la obra, siendo muy escasos los números en los que no está en escena. Apostar por Toni Bernetti era un éxito casi seguro, dado que en la primera puesta en escena del musical Grease, en Madrid, fue el partenaire de Edurne, en el papel de Danny Zuko, superando a la ex triunfita en capacidad vocal, no así en fama. No se queda atrás el ex concursante de La Voz David Velardo, en el papel de Don Luis Mejía, digna réplica al protagonista que demuestra el gran talento que hay en nuestro país. Y merecen una mención especial Patricia Clark (como Doña Brígida) y Gonzalo Montes (como el Comendador).

La escenografía y el vestuario

Hay efectos especiales, hay una iluminación excelente (no en vano se representa en el Teatro de la Luz Phillips) pero por encima de todo destaca la escenografía y el vestuario. El espacio está construido de manera versátil y monumental. Con estructuras móviles muy estudiadas, que hacen de escala, galería, convento, cárcel o camposanto. Una obra difícil de construir, pero más de idear, detrás de la que está Miguel Brayda.

Y en el vestuario: una reinterpretación de los trajes de época, con un toque contemporáneo y burlesco, porque así es el Don Juan: una burla, un ultraje, una afrenta. Lluis Juste de Nin firma el vestuario original, además de colaborar con la firma Armand Basi (todo made in spain).

Los musicales, un aliciente para el turismo

El turismo sigue siendo un motor económico para la ciudad de Madrid, y los musicales son una atracción más. Cuenta Julia Gómez Cora, directora general de Stage Entertainment en España, que el turismo de musicales mueve en Madrid 250 millones de euros anuales. No solo es el volumen de las entradas vendidas, sino el negocio que genera en hoteles, restaurantes y comercios, beneficiarios todos del éxito de esta fórmula que hace de la Gran Vía nuestro particular Broadway. El turismo de musicales es promocionado por parte del Ayuntamiento de Madrid desde hace años como parte de la potente oferta de la capital. Por ello, se busca competir con las grandes ciudades europeas con obras en español que satisfagan al público hispanoparlante.

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