El imponente mural del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, situado en el paseo de la Castellana, fue durante muchos años el mejor escaparate para la obra de Joan Miró. El famoso sol de Miró sirvió a la Marca España durante décadas. Hoy, estos símbolos languidecen. El primero, totalmente cerrado y abandonado. El segundo, por falta de uso (de poblar buena parte de los souvenirs cañís, al olvido).
El homenaje a Joan Miró, en Madrid, viene de la mano de la Obra Social "La Caixa" y la Fundación Joan Miró, a través de la exposición "Miró y el objeto", comisariada por William Jeffett. La exposición profundiza en la indagación de Miró en torno al objeto y su evolución en todas sus etapas artísticas.
La muestra presenta un total de 109 obras (entre pinturas, cerámicas y esculturas), procedentes del fondo de la Fundación Joan Miró, además de una selección de objetos curiosos que el artista coleccionó a lo largo de su vida.
La exposición parte precisamente ahí, en ese afán de recolectar durante toda su vida los elementos más dispares con la intención de ambientar su taller y buscar inspiración. Este gusto que Miró siente por el objeto le lleva a representarlo en sus pinturas y a incorporarlo luego en sus collages, cerámicas y esculturas. Así se lo contaba en una carta de 1936 a P. Matisse:
Me siento atraído por una fuerza magnética hacia un objeto, sin premeditación alguna, luego me siento atraído por otro objeto que al verse ligado al primero produce un choque poético, pasando antes por ese flechazo plástico, físico, que hace que la poesía te conmueva realmente y sin el cual no sería eficaz.
La exposición hace patente cómo el artista va introduciendo gradualmente materiales más heterodoxos en su obra hasta considerar su propia pintura como un objeto, igual que los cuadros generados por la aplicación del collage. Es una transformación que revela su profunda crisis respecto a la pintura convencional y que sitúa al objeto en sí mismo en el centro de una nueva orientación poética en su obra.
"Miró y el objeto" evidencia cómo esta tendencia culmina con la incursión de Miró en la cerámica y la escultura. Una línea de trabajo esencial durante los últimos años de su trayectoria, como lo fue también el denominado segundo "asesinato de la pintura" o "antipintura". Al mismo tiempo, propuso una serie de esculturas en bronce, hechas también a partir de assemblages de objetos, cerámicas y tapices, como expresiones poéticas más allá de la pintura. Obra nueva, radical y desafiante que lo posicionaba como un creador vital e innovador.
"Miró y el objeto" podrá visitarse en CaixaForum de Madrid (paseo del Prado, 36), hasta el 22 de mayo de 2016.