En la penúltima hoja del Programa Cultural de Podemos para la Comunidad de Madrid, en el apartado de Patrimonio Histórico y Cultural, encontramos un último punto que se compromete a la "recuperación de la Memoria Histórica de la Comunidad de Madrid", es decir que "dará pleno apoyo institucional" jurídico y económico a "el levantamiento de oficio de las fosas de la Guerra Civil y la identificación de los restos para ponerlos a disposición de sus familiares o darles sepultura con filiación". Precisamente Federico García Lorca ha sido el poeta inspirador de los discursos de los actores Juan Diego Botto y Alberto San Juan con citas como ésta: "queremos que se cumpla la voluntad de la tierra que da sus frutos para todos". ¿Y cuál es la voluntad de la tierra? Los telúricos de Podemos nos lo han traducido este martes.
Abría el acto (de más de dos horas) en el Círculo de Bellas Artes un cuarteto de cuerda interpretando la sintonía de Juego de Tronos. En primera fila, como en aquellos actos del partido socialista organizados por la ceja, los podemitas han sentado también a sus celebridades: el maestro de ceremonias, Juan Diego Botto, Alberto San Juan, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid, al actor Antonio de la Torre, al músico Santiago Auserón y a periodistas y críticos de distintas disciplinas.
"Que no todo sea El Rey León en la Gran Vía", ha reclamado para mejorar la cultura José Manuel López, el candidato a la Comunidad de Madrid de Podemos, que se comprometía a quitar "las películas de vaqueros de Telemadrid", a cambio de una programación de artistas locales.
Aunque el actor Antonio de la Torre se mofaba de las tertulias de José Luis Garci lo que ha propuestos Podemos en este ámbito es un homenaje a la oscarizada cinta "Volver a empezar". Nada de lo hecho hasta ahora es válido y está corrupto, hay que "destruir" para "construir la cultura" (sin ladrillos claro) porque "no existe un cambio político sin un cambio cultural". Palabras éstas del candidato a la Comunidad de Madrid, que se ha quejado de que hasta ahora "ha habido falta de rigor, improvisaciones, amiguismos, desinterés en conectar la ciudadanía y la cultura" que "se ha utilizado para obtener recursos económicos y políticos inmediatos".
El lema más repetido en la presentación ha sido "el derecho a la felicidad", en este "Madrid de mierda en el que ni las ratas pueden vivir", citaba a Leño uno de los ponentes. Y se conseguirá, por ejemplo, sacando la música a la calle, "criminalizada por unas supuestas molestias a los vecinos". Los del círculo musical quieren "hacer un Madrid con derecho a la alegría. Que suene bien. Utilizaremos los medios públicos para que la música se vea en toda su extensión".
Entre las propuestas más llamativas, unos nuevos Teatros del Canal sólo para autores contemporáneos y danza, o la que hacía el crítico cinematográfico Jordi Costa, como antídoto a la "intoxicación neoliberal de tantos años": Escuelas de Espectadores, para la sensibilización y formación de nuevos públicos". Por una "ciudadanía crítica y empoderada", Podemos apuesta por "Laboratorios de red ciudadana".
Los órganos públicos de vigilancia se reproducirán como setas, con la "implantación un Código de buenas prácticas", un "Consejo de Cultura" o un "Observatorio Ciudadano de la cultura". Incluso un comité vigilará la "estereotipación de género en las imágenes que se producen".
Los redactores del programa de cine de Podemos entienden la libertad imponiendo a las salas privadas "la proyección de cine español, europeo y latinoamericano, y que dejen de estar copadas por las películas de Hollywood".
El compositor Santiago Auserón ha justificado su presencia en el Círculo por el "afecto personal a la gran corriente de transformación de la sociedad española". Pesimista con "estas cuatro décadas de deterioro de nuestro material de trabajo", la música, "un negocio dirigido desde los despachos". Concluía Auserón con la frase "una sociedad que no tiene a las musas de su parte, sacralidad en sentido laico, es una polis desalmada".
El ponente del programa de Patrimonio Histórico ha confesado que era economista pero "antes de que me tiréis tomates", se defendía, "voy en la línea del profesor San Pedro". La rentabilidad y el mercado no han gozado de buena prensa en este acto. En los discursos la iniciativa privada siempre ha sido matizada con el incremento del gasto público. Lo que no han explicado los numerosos intervinientes es cómo se cuadrará el círculo, es decir, cómo serán esas futuras "administraciones que inviertan en cultura de tal forma que les haga independientes" porque "las instituciones no tienen que decir lo que es la cultura". Alberto San Juan proclamaba que se acabó esperar a Godot," a los sabios culturales" para "aprender a gobernarnos por nosotros mismos".
Pero en realidad, en el de Bellas Artes este martes sí se ha hablado de dinero, del que saldrá de los bolsillos de los ciudadanos, que con sus trabajos de sociedad capitalista podrán alimentar las arcas públicas para la "desprivatización de gestión de los teatros públicos", para el "Plan de rescate de espacios en desuso", para "replantear la red de teatro", para "exhibir las producciones locales", "recuperar la Madrid Film Comision", pagar "la digitalización de los cines de Madrid que han tenido que cerrar", para el "cheque escolar"...
Del sector editorial rescatamos el lema "no queremos hablar de compradores sino de lectores" en "el triángulo aulas, bibliotecas y librerías". Enseñando a los "propios docentes cómo se enseña a leer".
Como anécdota en un momento ha subido al estrado Pablo Iglesias, Simón de segundo apellido, especialista en artes escénicas.
Los tiempos de "pan y circo, del Partido Popular", darán paso a los de "pan (público se entiende) y rosas", decía el actor Juan Diego Botto, dualidad que resume la gestión cultural de Podemos para acabar con "este desierto cultural".