– ¿Cómo estás Omar?
– Devastado.
– ¿Te han hecho daño?
– No, ni una gota de sangre, ni vísceras. Es la violencia de las miradas, la persecución silenciosa, ese machacado sutil. El aquí sobras.
Pero está vivo. En conversación telefónica con Libertad Digital el artista Omar Jerez entrecorta con la respiración el primer relato de su última aventura artística: contra la camorra napolitana, la mafia más peligrosa de toda Italia. "Muchas dificultades", todavía "con el miedo en el cuerpo, son mala gente". En esta aventura suicida le acompañaba la fotógrafa, Julia Martínez
La camorra es la ciudad. Es imposible, como sí ocurre por ejemplo con los Yakuzas japoneses, separar a la mafia italiana del latir cotidiano, del motor económico de la ciudad. "Trabajas para ellos sin saberlo", dice Omar. "Te vigilan sin que te des cuenta, están por todos sitios". La camorra actúa con total impunidad. "Tu vida no vale nada bajo la bandera económica".
Su último Twitter mientras se prepara para la función de esta mañana decía "si crees en Dios reza por nosotros, sino deséanos suerte". A Omar Jerez le va la marcha. Es el artista español que hace ahora dos años se paseó por el casco viejo de San Sebastián con un falso cadáver envuelto en una manta isotérmica de emergencia denunciando el terrorismo de ETA. Se encarnó en víctima. La imagen de aquella performance fue impactante. Antes se había encerrado ocho días en un zulo similar al que estuvo secuestrado Ortega Lara. El año pasado se citó en una nave industrial con ocho neonazis que le pegaron (él es judío); y el pasado 8 de noviembre, un día antes de la consulta ilegal catalana, se dio unas carreritas al modo de Superman por la Plaza de Cataluña luciendo una bandera española a la espalda. Pues si sumamos todas estas intervenciones de denuncia, según él, no llegan al 5% de lo que ha vivido esta mañana en Nápoles, en la Plaza Garibaldi. Hace unos días Omar nos decía: "Si salgo vivo, hablamos cuando vuelva a España".
Para esta nueva puesta en escena se ha hecho pasar por un repartidor de periódicos y ha distribuido en hora punta ejemplares de un diario ficticio 'Il Corrierre della Camorra' supuestamente editado por la propia mafia. Omar se proponía repartir 6.000 ejemplares (tampoco fue tarea fácil que alguien accediera a imprimirlos), uno por cada asesinato. Al final ha podido entregar unos 4.400 cambiándose de sitio por la persecución. El falso diario incluía una entrevista con el dueño de este medio de comunicación, don Lauro, un supuesto capo de la Camorra.
Pero el trabajo de Omar no es sólo escaparate, escenificación. En su caso la forma tiene fondo. Se ha entrevistado con el Fiscal Antimafia Giovandomenico Lepore, con la ex camorrista Lucietta, que ha estado más de una década en la cárcel, con asociaciones, abogados e incluso traficantes de narcotráfico y armas. Pronto podremos ver parte de ese trabajo en Libertad Digital.
Omar, hasta hoy presumía, y mucho, de que carecía del gen del miedo. Quizá hoy haya nacido un nuevo artista.