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Último libro de Agapito Maestre

Se publican en un libro las crónicas de Agapito Maestre en el Diario de México

Radiografía panorámica de la sociedad y de la política mexicana a través de la crítica cultural y de la labor de los intelectuales.

Radiografía panorámica de la sociedad y de la política mexicana a través de la crítica cultural y de la labor de los intelectuales.
Portada del libro

Hay una profunda reflexión sobre la vida cultural mexicana a lo largo de las sesenta crónicas noveladas y una "Despedida reiterativa" en El diario de México, de Agapito Maestre, expuesta no como crítica usual del periodismo contemporáneo, sino como un reflejo de la experiencia: la narración. La labor de esta revisión cultural lleva una gran ventaja, que es muy del talante de Ortega y Gasset: "hacer crítica de la sociedad y de la política a través de la crítica de la cultura", y que no se fundamenta en teorías ajenas o rígidas sobre el ejercicio de los intelectuales. Todo está dispuesto de acuerdo a las circunstancias.

Las crítica a la vida cultural se evidencia en la constante fluidez de la narración. La cultura moribunda, en constante peligro de suicidio, revela una base ideológica que se tambalea: se vuelve espectáculo. Las crónicas revelan la organización de una cultura de escaparate. Estas observaciones no hacen más que hacer una radiografía panorámica de la vida cultural y de la labor de los intelectuales; en ningún momento pretenden establecer doctrinas o postular modelos de forma cultural. No. Son comentarios, vivencias y anécdotas siempre tocadas por la ironía que revelan el fracaso de la institucionalización y del adoctrinamiento en un país con fuerte afanes pedagógicos que corrompen la libertad del arte.

La organización de estas crónicas no parece ser gratuita. Aunque pareciera que Maestre guarda un orden cronológico, siendo fiel al transcurrir de los días, la disposición es significativa, pues comienza mostrando cómo la vida cultural en México está circunstanciada por la violencia, por el afán de adoctrinamiento y la excesiva institucionalización del arte. El arte, que debería fluir libre como expresión, forma parte de un sistema totalitario. O quizás no, quizás se refiera el autor al suicidio cultural propiciado por los intelectuales que, al no lograr soportar la herencia cultural, han decidido borrarla y fundamentar en ideologías y teorías una nación que le da la espalda a su tradición, a su mestizaje y al hispanismo. Los intelectuales le niegan a la cultura mexicana la pertenencia a Occidente, y las élites políticas los respaldan tergiversando con políticas culturales "la formación de ser". Toda la historia nacional parece tener una base de mentiras creadas por ideólogos.

El escritor y filósofo Agapito Maestre

Dentro de estas agudas críticas, la ideología es el sustrato de los discursos que obstaculiza el desarrollo de una vida cultural fuera de los escaparates. Agapito Maestre ha comentado textos entre pensadores liberales que pretenden reconciliar inclinaciones políticas: el comunismo con el liberalismo, o el catolicismo, con el nacionalismo; total, un fracaso. Lamenta que sean pocos los críticos de la cultura que no adopten discursos para poderse integrar al campo intelectual mexicano –excelente mecenas del desarrollo de ideas de cierta tendencia–, por demás muy uniformado. En todo caso, la crítica se centra en los mecanismos discursivos de las élites intelectuales para posicionarse en el poder, y no en el quehacer cultural, intelectual y artístico.

Las instituciones y los actores culturales crean cierta atmósfera de espectáculo y exhibición, y pese al afán pedagógico de México, pocas iniciativas hay por culturizar y desarrollar "un entorno mejor", al contrario, hay una banalización de la cultura, un descrédito de lo artístico y del pensamiento. No hay pensamiento. No hay crítica y por lo tanto, parece decir, no hay narración. No hay novela. Los premios literarios y las numerosas becas de creación arrojan enormes cantidades de libros al mercado, pero ninguno de ellos, o sólo algunos, pueden poner en cuestión el deterioro de un estado que patrocina la cultura. ¿Hay poesía? Este libro comienza con una crónica sobre la primera impresión de México: un país destrozado por la violencia, por la inoperancia del estado y por la división económica abismal, en el que se procura que la poesía represente la posibilidad de evasión, y no de reflexión. El acto simbólico del poeta Sicilia, por ejemplo, de negarse a ser parte de la farsa institucional, es significativo para comprender las dimensiones de la institucionalización del arte en México. Para algunos intelectuales, como narra Maestre, no debe haberla, porque la poesía si no da vida no es nada, y no puede haber poesía viva en un estado que se conformó como aparato burocrático pero no como nación.

Sin embargo, a lo largo del libro, puede advertirse que no todo está tomado por las instituciones. Para Maestre hay un pensador que sirve como eje cultural en México, Gabriel Zaid, pues a pesar de que sea casi invisible en las academias, quizás sea uno de los actores más importantes del devenir intelectual de este país.

Se trata de un libro que puede rozar la ironía cruel, por lo que es importante leerlo con la mirada limpia y dispuestos a la autocrítica, pues de lo contrario puede resultar como un agravio al más hondo nacionalismo. Es una crítica, sin embargo, no al "ser mexicano", sino a la construcción de una política cultural que fundamenta un complejo sistema político y social que deja solitario al mexicano, marginado, alejado y diferente de toda la riqueza y tradición cultural del mundo hispano. Esto quizás se deba, dice el autor, a la necesidad de vertebrar una población que de otra forma "no tendría orden racional", y la formación racional y "geométrica de la educación histórica basada en ideologías no es más que una empresa de sanguinarios".

Maestre, Agapito. El diario de México, Ediciones Clásicas, Madrid, 2014.

En Cultura

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