La TVE que pagamos todos los españoles, y no precisamente para que nos cuente mentiras, prepara la emisión de dos productos altamente tóxicos sobre la memoria del general español y hombre de Estado, Juan Prim y Prats, nacido en Reus (Tarragona), que pronto estarán en la pequeña pantalla.
Ignacio Corrales, el director de TVE, destituido de forma fulminante por haber dejado la audiencia de la cadena por los suelos, "en el momento de los mediocres y de los incapaces", según el sindicato SI, adquirió el documental fabricado por los separatistas de CiU sobre Prim en el que apuestan de forma descarada por la imagen de un Prim soberanista que nunca existió, dándole la palabra a los miembros de la Sociedad Bicentenario 2014, los que menos saben sobre el marqués de los Castillejos, y a los desprestigiados "seis sabios forenses" de la Complutense, que son negados hasta para hacer la relación de las heridas. Por mucho que les duela, el Prim auténtico es el que retrata Pedro Antonio de Alarcón, que estuvo en la campaña de África y lo vio con sus propios ojos dispuesto a morir orgulloso por la patria, una y mil veces, lanzándose contra el enemigo con la bandera española, amarilla y roja, la misma que ahora, empuñada en la mano derecha y desplegada al viento. Este relato te pone los pelos como escarpias.
Persistiendo en el error, el destituido Corrales dio el visto bueno a la serie sobre Juan Prim dirigida por Miguel Bardem, de los Bardem de la Bardemcilla, que ya hizo la horrible interpretación del magnicidio de Luis Carrero Blanco y ahora repite para colocar una nueva peliculita, más ficción que realidad.
A pesar de que afortunadamente la TVE ha cambiado de cabeza, por el momento se mantiene la intención de emitir los dos productos que vienen a envenenar aún más lo ocurrido en la calle del Turco en un mismo día del otoño próximo.
Esperemos que la previsión sea suspendida, en cuanto el nuevo equipo caiga en la barbaridad que supondría emitir estos bodrios que vienen a sumir de nuevo a los españoles en la confusión, sobre algo en lo que que ya han confundido hasta al muy mal asesorado rey Felipe VI, que cree que la Sociedad Bicentenario, llena de gente que difunde ideas falsas sobre la historia de España, es merecedora de ser saludada por su Majestad "con cariño", según transmite Jesús Posada, el mismo que ha propagado que el aforamiento del rey Juan Carlos I "es una chapuza".
La peliculita de Bardem, rodada en Alcalá de Henares, que en nada se parece a Madrid, y con personajes de cartón-piedra, para más inri, se basa en Benito Pérez Galdós, quien presuntamente investiga el asesinato de Prim. Y basta de mandangas porque Galdós no investigó nada, sino que estaba al tanto de lo que sucedía, e incluso después de muerto el general, llegó a sacar como director un periódico con dinero de Juan Prim. Como dice Paco Umbral, "lo sabía todo sobre Prim, pero no contó nada" (Las palabras de la tribu, Planeta). De hecho en su episodio La España trágica, da una versión del crimen absolutamente oficialista provocando el desprecio de Pío Baroja, al que le había contado la verdad. Baroja leyó luego el libro y se sintió muy decepcionado.
Ahora que el periodismo está tan tocado, viene Nacho Faerna, director de la productora de Bardem y en vez de dejarnos a solas con nuestra alquitara, convierte a Galdós en una suerte de Bernstein y Woodward del siglo XIX, fabricando dos versiones: una para la TVE, pretenciosa cuando lo que hace es embarrar la verdad, ¡vaya bodoque de guión!, y además publica una engorrosa novelita, al estilo de Ian Gibson, en la que expone su desvarío. Estos productos tóxicos en TVE son todo lo que le falta a la cadena para arrojarla al vacío totalmente desacreditada.