Según la llamada Autoridad de Estándares en la Publicidad, los dos anuncios, basados en populares canciones infantiles y que advertían de graves sequías e inundaciones, no estaban avalados por el consenso científico en esa materia. El organismo regulador intervino después de que más de novecientas personas se quejasen de la manipulación de los versos infantiles para ese fin.
Según ese organismo, los anuncios, creados por encargo del ministerio para la Energía y el Cambio Climático para promover su iniciativa de reducción de las emisiones de CO2, exageraban la amenaza que supone ese fenómeno. En ambos anuncios se yuxtaponía el texto de una canción infantil, convenientemente adaptado, a una advertencia sobre el peligro del cambio climático.
Una de las canciones habla de dos amigos, Jack y Jill, que suben una cuesta para llenar un cubo de agua, y el anuncio decía que esta vez no podrían lograr su propósito por culpa de una sequía, mientras que en la segunda es una gran inundación la que frustra el empeño de otras personas.
El ministro para el Cambio Climático, Ed Miliband, se quejó de que algunos intentasen poner en tela de juicio la realidad del cambio climático recurriendo al organismo regulador publicitario aunque señaló que en el futuro se dejarán más claras las predicciones, como quiere ése. "La ciencia nos dice que hay más de un 90 por ciento de probabilidades de que se produzcan eventos meteorológicos extremos si no actuamos ya", advirtió el político laborista.