El mayor escándalo científico del siglo, el conocido Watergate Climático (Climategate) comienza a tener repercusiones políticas. El Partido Liberal de Alemania, que gobierna en coalición con Ángela Merkel, ha remitido una nota de prensa desde el Parlamento Europeo en donde resume su postura oficial respecto a la Cumbre del Clima de Copenhague, que se celebrará a principio de diciembre.
El texto no tiene desperdicio, y supone el primer rechazo oficial por parte de un partido en el poder a la teoría del calentamiento global de origen antropogénico (causado por el hombre).
El texto, traducido por desdelexilio, señala que si la resolución que pretende aprobar la UE en la cumbre se adopta tal cual, "se convertirá en una carga [..], ya que contiene exigencias poco realistas" como, por ejemplo, "exigir 30.000 millones de euros para proyectos de protección del clima en los países en vías de desarrollo y objetivos de reducción del 40% [en las emisiones de CO2] con relación a 1990 para los estados industriales".
"La preparación [las rondas previas de discusión] para la Cumbre de Clima en Copenhague pone de manifiesto no obstante que Europa como precursor no es capaz de movilizar al resto del mundo. No existe un reconocimiento internacional para alcanzar objetivos de derecho internacional que obliguen a la reducción de gases de efecto invernadero y no existe disposición de los jefes de Estado y de Gobierno para gastarse el dinero necesario para ello".
Además, lo liberales se agarran al Climategate desvelado en los últimos días para rechazar las medidas que pretenden poner en marcha las potencias europeas con el fin de frenar el temido calentamiento global: "Se ha desencadenado de nuevo el debate científico sobre las causas del Cambio Climático, donde las influencias naturales sobre las modificaciones climáticas juegan probablemente un papel mayor que el enunciado en las conclusiones más recientes de Consejo Mundial del Clima [IPCC]. Los Ministros de Medio Ambiente europeos dicen que la UE debería hacer ahora presión sobre los EEUU y China. Es un absurdo, ya que a los europeos les faltan los argumentos políticos y económicos" para ello, indican.
De hecho, "el acuerdo de Kioto no ha aportado las reducciones deseadas. La UE debería más bien sacar nuevas conclusiones y buscar mejores estrategias: la adaptación a los inevitables cambios climáticos forma parte de ellas. En vez de focalizarse únicamente sobre la disminución de los gases de efecto invernadero, objetivos arbitrarios después de todo, Europa debería buscar aliados con los que estudiar conjuntamente el desarrollo de energías y tecnologías limpias y eficientes".
Así, pues, esta declaración choca frontalmente con la reciente adhesión del presidente de EEUU, Barack Obama, a los objetivos del Protocolo de Kioto II. La Casa Blanca anunció el miércoles que Obama acudirá a la Cumbre y ofrecerá reducir en un 17% las emisiones contaminantes de su país en 2020 respecto a los niveles del 2005.
EEUU propone recortar sus emisiones un 17%
Por su parte, el gobernante Partido Comunista de China (PCCh) prometió este viernes luchar "activamente" contra el cambio climático en 2010, a través de proyectos medioambientales y de conservación energética, tras una reunión de su cúpula para determinar los objetivos principales del Gobierno el próximo año.
Tras la reunión del Politburó del PCCh, presidida por el secretario general de la formación y jefe de Estado chino, Hu Jintao, un comunicado prometió "más inversión en proyectos de promoción de energía y reducción de emisiones", informa Efe.
La promesa del PCCh llega un día después de que el Consejo de Estado (Ejecutivo) anunciara que China reducirá entre un 40 y un 45% su intensidad de carbono, un anuncio que ha inyectado optimismo entre la comunidad internacional de cara a la próxima Cumbre de Copenhague.
China se adhiere al compromiso de Copenhague
La intensidad de carbono es una cifra que se obtiene al dividir las emisiones de dióxido de carbono de un país por su PIB, por lo que se puede reducir con menos emisiones, pero también haciendo que éstas se estabilicen o aumenten más lentamente de lo que lo haga la economía nacional.
Tras ese anuncio, el viceministro de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (principal órgano planificador chino), Xie Zhenhua, aseguró en rueda de prensa que aunque los objetivos son voluntarios y no impuestos por el exterior, "China no los abandonará jamás, por muchas que sean las presiones y dificultades".
El viceministro de Asuntos Exteriores He Yafei, por su parte, destacó que China lleva a cabo este compromiso "sin colaboración financiera ni tecnológica de países desarrollados". Sin embargo, Pekín pedirá en Copenhague que las naciones ricas ayuden con dinero y tecnología a las economías en desarrollo para que puedan llevar a cabo planes como el chino.
La agencia oficial china, Xinhua, destacó que el anuncio de China, lanzado un día después de que EEUU publicara su oferta de reducción de emisiones "ha roto uno de los obstáculos que amenazaban a la Cumbre de Copenhague".
Economías como EEUU y la UE temían que China, el mayor emisor mundial de dióxido de carbono, no se comprometiera a hacer esfuerzos contra el cambio climático alegando que es un país en desarrollo, pero el anuncio de Pekín ha devuelto esperanzas de cara a las negociaciones.
China también se ha comprometido a que las energías renovables sean un 15% de las utilizadas en el país en 2020, reduciendo la excesiva dependencia actual (más del 70%) de una de las fuentes más contaminantes, el carbón.