La preocupación y las protestas de la comunidad científica ante el recorte de los Presupuestos para Ciencia e Innovación continúan arreciando. La revista Nature, publicación de referencia en el sector publica un duro editorial titulado "No hay vuelta atrás", en el que acusa al Gobierno de utilizar la crisis como excusa para detener los planes de impulso de la actividad científica.
Es la propia revista la que recuerda como en 2008, elogió al Ejecutivo de Jose Luis Rodríguez Zapatero, por aumentar el presupuesto destinado a la investigación y crear un Ministerio específicamente destinado a reducir la burocracia e impulsar la investigación científica.
Ahora Nature se desdice, yLa pérdida de confianza de este baluarte de la investigación científica parece no tener vuelta atrás. Nature se muestra escéptico, vistos los precedentes, de que la Ley de Ciencia, que se presentará antes de finales de año, cumpla con ninguna de las demandas del sector . "La contratación de nuevos investigadores sigue siendo un proceso difícil y lento, y es casi imposible ofrecer un conjunto competitivo entre sueldos y los fondos de la investigación", defiende Nature , que afirma haber "perdido la fe" en el Ministerio de Ciencia al igual que "la comunidad científica".
Considera que España está atascada en una "noción simplista y obsoleta de que un país puede vivir de la transferencia de conocimiento sin generarlo", y como resalta "esta no es una forma inteligente de responder a la crisis financiera".
Nature destaca el desastre de nuestro Gobierno al compararlo con las iniciativas de un país rico y con un país pobre, y en ambos supuestos España sale perdiendo. "Grecia, un país pobre con una economía en recesión el gobierno de centro izquierda, el Gobierno ha reducido el presupuesto de 2010 en todos los fondos, salvo en ciencia", del mismo modo que en Alemania.
En definitiva, Nature concluye que "España disfrutó de una gran época de esplendor intelectual en el siglo XIX, conocido como la Edad de Plata", ahora, "Los científicos bromean con que España se dirige hacia una Edad de Bronce. Pero no se ríen", concluye