Eso significa acelerar sustancialmente el proceso de construcción de nuevas centrales y la entrada en servicio de una media de 17 cada año en el mundo para que la electricidad de origen atómico represente un 18% del total, señaló Tanaka en una conferencia internacional sobre la energía nuclear organizada en París por Francia.
Ahora mismo hay proyectos para 54 centrales nucleares en el mundo en diversas fases de desarrollo y, teniendo en cuenta que el periodo medio de construcción es de ocho años, supone menos de la mitad del ritmo para cumplir ese objetivo.
El director de la AIE, que recordó que en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la electricidad de origen atómico representa el 28%, aseguró que "la energía nuclear es una muy buena opción" para paliar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principales responsables del calentamiento climático.
Indicó que su organización calcula que de aquí a 2030 la demanda eléctrica aumentará un 40%, y un 93% de esas nuevas necesidades procederán de países en desarrollo, lo que se traducirá en una subida del 50% del peso del carbón, que es un gran generador de CO2.
Tanaka señaló que para cumplir el objetivo internacional de limitar el calentamiento climático global a dos grados centígrados, lo más rentable es la eficiencia energética, pero el recurso a la energía nuclear -que aunque genera residuos radiactivos no gases de efecto invernadero- podría aportar un 10% del esfuerzo.
Además, consideró que a largo plazo, la energía nuclear puede ser muy competitiva, pero eso exige que los estados fijen el marco de su desarrollo de forma muy clara, empezando porque los planes de aprobación de nuevos reactores deben ser "tan simples como sea posible".
Al ser inversiones intensivas en capital, la incertidumbre es un factor particularmente acuciante, argumentó.
El director de esta agencia, que reúne a los grandes países consumidores de energía que pertenecen a la OCDE, hizo un llamamiento a la Unión Europea para una mayor coordinación de su política energética, teniendo en cuenta su dependencia del exterior.
"Sería lógico que hubiera un mercado único de la energía" de forma que el desarrollo de energías renovables, que por naturaleza ofrecen una capacidad de generación volátil, se pueda complementar con otras energías de base y, en particular, la nuclear, de la que Europa "es muy dependiente" pese a la reticencia de algunos países.