En los últimos 25 años, las investigaciones relacionadas con el envejecimiento han descubierto que al reducir la dieta de los animales (incluidos los mamíferos), sus expectativas de vida se prolongan. Cuando se reducen las calorías o ciertos nutrientes, los científicos detectan un menor daño en las células y en la reparación del ADN, algo que ocurre a medida que envejecemos.
Por ello se supone que este es un buen mecanismo para reducir las enfermedades relacionadas al envejecimiento. Pese a que hay muchos estudios que intentan dilucidar si esto es válido también para seres humanos, la respuesta aún es enigmática. Pero el objetivo de los investigadores de la Universidad de Michigan es alcanzar los mismos resultados de un modo menos dramático.
El equipo del doctor Ao-Lin Allen Hsu, quien firmó el presente estudio en la revista Aging Cell, parece haberlo hallado. El gen drr-2 es un componente fundamental en nuestra respuesta a los nutrientes. Hsu descubrió que al disminuir o aumentar la expresión de este gen podía alargar o acortar la vida del C. elegans.
"Hemos demostrado que en este tipo de nemátodos, el gen, drr-2 es esencial a la hora de modular la extensión de la vida. De hecho, muchos de los genes identificados en el C. elegans relacionados con el control de envejecimiento han sido conservados a lo largo de la evolución. Esto quiere decir que están presentes en muchos animales. Y muchos de estos genes son muy similares a algunos que tenemos los humanos."
Los investigadores, dirigidos por Hsu trabajaron con tres grupos de nemátodos: a unos se les anuló la expresión del gen drr-2, en el segundo grupo, se incrementó la expresión del gen y utilizaron un tercer grupo de control. Esto les permitió demostrar que silenciar el gen era suficiente para prolongar la vida de los gusanos sin necesidad de ningún tipo de dieta.