Ha hecho falta el escándalo del Climagate, que desveló el ya célebre consejo de "ocultar el descenso" de las temperaturas en las gráficas que se publicaron en el IPCC, para que Michael Mann reconozca que su trabajo no es tan exacto como nos han estado vendiendo durante años. Pese a que hace años que diversos estudios desmontaron las bases matemáticas de su trabajo, Mann no se había bajado del burro. Pero ahora, en declaraciones a la BBC recogidas por el blog Barcepundit, Mann ha reconocido por primera vez las "incertidumbres" que existen en su trabajo.
"Siempre he pensado que era en cierto modo inapropiado convertirlo en el icono central del debate del cambio climático", aseguró. Curiosamente, no se le conocen declaraciones anteriores en este sentido, pese a que "siempre" lo hubiera pensado. Tampoco los correos filtrados del Climagate indican que esto hubiera supuesto un problema anteriormente para él. Al contrario, Mann se mostraba en ellos como un militante bastante fanático, que proponía acciones contra una revista científica por publicar artículos de escépticos y se quejaba a la BBC por un artículo que no estaba completamente en la línea "correcta".
En uno de los correos destapados en la filtración que dio lugar al escándalo Climagate, fechado en 1999, un científico reconoce haber usado el "truco de Mike", refiriéndose a Michael Mann, en Nature para "ocultar el descenso" de temperaturas. El "truco" en cuestión consistía en ocultar la divergencia entre las temperaturas de 1960 en adelante y los registros de los anillos de los árboles empleados para reconstruir el clima pasado. ¿Cómo? Eliminando esos registros en los resultados durante los años problemáticos, es decir, aquellos que no se ajustaban al modelo.
Ahora, el mismo Mann reconoce que la ciencia detrás de ese "truco" no es del todo confiable.