El acuerdo de Copenhague llegó gracias al chantaje de EEUU con la ayuda económica
Tras el Climagate, los acuerdos sobre el cambio climático también se ven salpicados por el "Cablegate": las filtraciones de las embajadas americanas revelan cómo el documento firmado tras la Cumbre de Copenhague se alcanzó tras numerosas presiones económicas a países del tercer mundo.
La diplomacia norteamericana desarrolló una feroz campaña para lograr un acuerdo de mínimos tras el fracaso de la Cumbre de Copenhague sobre el Cambio Climático y, tal y como revela el periódico británico The Guardian a partir de los famosos cables filtrados a Wikileaks, no dudó en presionar a los países pobres e incluso chantajearles con promesas de ayuda económica o amenazas sobre la retirada de esas ayudas.
Así, países como las Islas Maldivas se adhirieron al acuerdo tras lograr un compromiso para apoyar varios proyectos por un valor de unos 50 millones de dólares en asistencia bilateral; mientras que la Alianza de Estados en Pequeñas Islas es calificada como susceptible de "ser uno de nuestros mejores aliados" pero por un motivo tan prosaico como "sus necesidades de financiación".
La táctica también se usó con Etiopía, a la que se presionó para que firmase el acuerdo "o las negociaciones terminan ahora", en referencia a las promesas de Obama (hasta ese momento incumplidas) de ayudas financieras.
Los movimientos de la diplomacia norteamericana también se coordinaron con los de la europea: mientras las posiciones se mantenían distantes para la opinión pública entre bambalinas se coordinaban para "neutralizar, cooptar o marginar a países molestos como Venezuela o Bolivia".
Actualmente el acuerdo ha sido firmado por 114 países, mientras que otros 26 han anunciado que lo firmarán en breve. Mientras, en los próximos días se abre una nueva cumbre en Cancún en la que se buscará un nuevo acuerdo que, probablemente, sea de nuevo fruto de este tipo de "consenso".
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