Este enlace, nunca antes visto en ningún organismo vivo, se encontró dentro de la membrana basal (una capa estructural de células que rodea la mayoría de los tejidos). El descubrimiento pue publicado en el último número de la revista Science.
Todos los animales, desde los gusanos hasta los humanos tienen membranas basales que conectan los músculos a la piel o a los cartílagos y también actúan como una suerte de “termostato celular”: si la membrana basal no se comporta adecuadamente, las células de la zona tampoco lo hacen.
Hasta hace poco se pensaba que la membrana basal tenía como componente más importante a un tipo de colágeno, el 4, que era el encargado de proveer unidad a todo el organismo. De hecho experimentos realizados con gusanos a los que se les anuló la producción este colágeno. Los nematodos se desarrollaron normalmente, pero cuanto intentaban moverse, los músculos se separaban de la piel por completo.
Investigaciones con instrumentos más precisos han permitido que los científicos encuentren un enlace químico que se había producido artificialmente en laboratorios de química orgánica, pero que hasta ahora no se había encontrado en ningún ser vivo.
El enlace se compone de sulfuro y nitrógeno y Billy Hudson, doctor en bioquímica y director de la investigación, cree que surgió durante la evolución debido al estrés que genera una estructura corporal elaborada. Entender como funciona este enlace en particular y la membrana basal en general aportaría nuevas soluciones a la hora de detectar tumores y tratar numerosas enfermedades.