El nuevo ejemplar es uno más en la docena de especies pertenecientes a la familia "Chasmosaurine ceratopsia". Del tamaño de un hipopótamo actual, el Mojoceratops era herbívoro y apareció hace 75 millones de años a finales del Cretácico.
Su descubridor, Nicholas Longrich, un investigador post-doc de la Universidad de Yale (EE.UU.), reconoce que el nombre se le ocurrió tras una noche de cervezas con otros colegas paleontólogos. El mojo, explica, se utilizaba por los chamanes como elixir para atraer a miembros del sexo contrario, algo que el Mojoceratops haría con su curiosa estructura craneal.