Un grupo de estudiosos británicos ha publicado en el número 102 de la revista Climate Change un estudio con el que demuestran que, muy al contrario de lo que proclama el IPCC, un aumento de las temperaturas no implicaría un crecimiento de las muertes relacionadas con el tiempo sino lo contrario: a más calor, menos fallecimientos, tal y como se recalca en la reseña publicada por la página web CO2 Science.
Para realizar este estudio los investigadores, N. Christidis; G.C. Donaldson; y P.A. Stott, han extraído de las estadísticas oficiales de Gran Bretaña las cifras y causas de muertes en el periodo de 1976 a 2005 calculando la mortalidad por millón de habitantes en los territorios de Inglaterra y Gales.
Posteriormente han relacionado estas primeras cifras con la temperatura del aire en la superficie, que según sus datos habría experimentado un crecimiento de 0,47° cada diez años.
El resultado de la comparación está en la línea de lo que cabría esperar: durante los meses más cálidos del año este aumento de temperaturas habría llevado a incrementar la tasa de mortalidad; en los meses más fríos este ligero calentamiento habría supuesto, por el contrario, un descenso en esa tasa.
Lo más llamativo es que ese descenso de las muertes en los meses invernales ha sido muy superior al ascenso en los meses veraniegos. Así, los científicos estiman dos escenarios: uno en el que se ha efectuado una adaptación a esas modificaciones en las temperaturas tal y como realmente ha ocurrido, pero también uno hipotético en el que esa adaptación no se hubiese producido.
Incluso en este segundo caso el número de muertes que se reducen en invierno es mucho mayor de las que aumentan en verano: 47 fallecimientos menos por millón de habitantes por el frío frente a sólo 2,6 muertes más debidas al calor.
Eso sí, las cifras son brutales teniendo en cuenta el escenario real en el que efectivamente se ha producido esa adaptación: el incremento de las muertes por el calor ha sido de un insignificante 0,7 por millón de habitantes mientras que el descenso de las muertes en el periodo invernal llegaría hasta los 85 por millón.
Con estas cifras, la conclusión que se puede extraer de este estudio es clara y radicalmente contraria a lo que hasta ahora ha venido señalando el IPCC y que tenía como una de sus más seguras y evidentes conclusiones: de producirse el calentamiento es muy beneficioso para la humanidad, incluso sin adaptarse adecuadamente a él.
Otro gran error de los calentólogos que queda al descubierto.