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Averiguan cómo algunas plantas carnívoras cazan en menos de un milisegundo

Los científicos galos han empleado cámaras capaces de ralentizar la secuencia hasta 240 veces.

EFE

Científicos galos han logrado explicar el mecanismo de caza que utilizan las plantas carnívoras utricularias, capaces de engullir a sus presas en menos de un milisegundo gracias a la trampa acuática más rápida que se conoce, según ha informado este lunes el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS).

Expertos en física de la Universidad Joseph Fourier de Grenoble y del CNRS han grabado en acción esas diminutas trampas que poseen las utricularias, plantas que habitan en las marismas y que tardan horas en preparar el cepo para atrapar a los insectos de los que se nutren.

Las utricularias no poseen raíces, sino hojas filiformes con forma de horquilla de las que brotan, fuera del agua, milimétricas trampas mortales para muchos insectos. Éstas constan de una suerte de estómago flexible cuyas paredes se contraen durante horas almacenando energía potencial en un proceso similar a la tensión del cordel de un arco.

En ese tiempo, la trampa transforma la bolsa redonda en la que quedará atrapado el insecto en un tubo sometido a presión, que se accionará cuando los sensores que rodean a la abertura del mismo detecten la llegada de un insecto. Cuando el animal roza estas antenas, las paredes se sueltan, el cepo aspira a la presa y la entrada a la trampa se cierra herméticamente.

"La liberación de energía elástica almacenada en las paredes del cepo crea un torbellino de aspiración, con aceleraciones que llegan hasta los 600 gravedades (G)", es decir, 30 veces superior a un golpe de 20 G, que es el máximo que puede soportar el ser humano, explican los científicos del CNRS.

El insecto, que todavía se mueve en el interior, morirá disuelto por las enzimas que la planta libera para absorber los nutrientes del animal que ha conseguido gracias a su implacable mecanismo.

Para entender el letal proceso, los científicos inmersos en el proyecto han necesitado utilizar cámaras de una sensibilidad extrema, capaces de ralentizar la secuencia hasta 240 veces para demostrar que la velocidad a la que actúan las utricularias es mayor de lo que se pensaba hasta ahora y que la convierte en "la trampa acuática más rápida que se conoce", según el CNRS.

El resultado del estudio se publicará el próximo día 16 en la página web de la revista Proceedings of the Royal Society of London, aunque los científicos ya han difundido un vídeo explicativo en inglés y francés.

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