El pasado 13 de julio la desintegración de un fragmento de origen cometario sobre la provincia de Madrid provocó un enorme destello que iluminó el centro de España. El brillo fue tan intenso que el evento pudo contemplarse desde toda la Península Ibérica. De hecho, en una fracción de segundo en la zona centro el cielo nocturno se iluminó como si fuese de día.
El fenómeno, que tuvo lugar sobre las 2h:05m de la madrugada, fue captado por las cámaras de la Universidad Complutense de Madrid y se pudo apreciar también desde varios cientos de kilómetros de distancia. En total, se han obtenido datos desde nueve estaciones de detección (Huelva, Sevilla, Arenosillo, Madrid, La Hita, Villaverde del Ducado, Sierra Nevada, Bootes-1 y La Cañada), todas ellas pertenecientes a la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN).
Las observaciones que se han llevado a cabo han permitido obtener, entre otros resultados, la trayectoria en la atmósfera terrestre del objeto, su órbita en el Sistema Solar e información sobre su composición química.
El análisis preliminar de los datos llevado a cabo por el Profesor José María Madiedo pone de manifiesto que el origen de este evento estuvo en un meteorito procedente de un cometa.
El fragmento, de aproximadamente un metro de diámetro, colisionó con la atmósfera terrestre desintegrándose en mil pedazos. Esto dio lugar a un fenómeno conocido como bola de fuego o bólido, que se inició a unos 110 km de altura y fue penetrando rápidamente en la en la capa atmosférica. El meteorito terminó estallando a más de 30 km sobre el nivel del suelo, provocando el intenso destello y estruendo sonoro que numerosos testigos pudieron ver incluso desde dentro de los edificios.
El estudio también concluye que, debido a la naturaleza cometaria del objeto y a la trayectoria desfavorable que éste siguió al entrar en la atmósfera, no sobrevivió ningún fragmento, por lo que este evento no ha dado lugar a restos.