Un equipo de arqueólogos chinos ha encontrado en el desierto de Taklimakán (noroeste del país) los restos de una ciudad amurallada que floreció en la dinastía Han (206 AC-220 DC), informó hoy la agencia oficial Xinhua.
Los expertos han encontrado restos de cuatro murallas concéntricas y edificios residenciales, asegurando que se trata de las ruinas mejor conservadas de todas las que se han encontrado en Taklimakán en los últimos 60 años.
Aquella ciudad fue devorada por la arena, como otras de zonas ahora desérticas o áridas en el noroeste de China, y que en su día fueron puntos comerciales o lugares de paso de la Ruta de la Seda.
En este caso, sin embargo, los expertos se decantan por la teoría de que la ciudad fue un puesto militar, o una población en torno a la residencia de un líder político local.
También se han encontrado restos de cerámica y fósiles de semillas de árboles que crecieron allí, lo que ayudará a los expertos a obtener más detalles sobre la vida en ese remoto lugar hace 2.000 años y el clima que imperaba, probablemente muy diferente a la aridez actual.
La Ruta de la Seda, empleada durante siglos como principal arteria comercial entre Oriente y Occidente, bordeaba por el sur el desierto de Taklimakán, actualmente uno de los mayores y más áridos del mundo con 337.000 kilómetros cuadrados, una zona ahora habitada principalmente por la etnia musulmana de los uigures.
Una de las primeras ciudades de ese tramo descubiertas fue la antigua localidad de Nya, hallada en 1901 por el explorador británico Marc Aurel Stein, y que se encuentra a 100 kilómetros de la ciudad ahora descubierta.