Científicos japoneses han creado a EMIEW 2, un robot capaz de encontrar objetos perdidos.
El robot, blanco y rojo, es aproximadamente de la estatura de un niño de seis años y se desliza a todas partes con unas ruedas que tiene debajo de las piernas. Su cara es blanca y redondeada y tiene dos ojos negros que recuerdan vagamente a Hello Kitty.
El robot es la última versión de uno que debutó en 2005 y ha sido desarrollado por la compañía de electrónica Hitachi, es más que otra cara bonita. Tiene la suficiente inteligencia artificial para identificar y localizar los objetos que se le muestran, así como para reconocer rostros humanos.
En una exhibición reciente se le mostró una cámara digital y el robot dijo: "Esto es probablemente una cámara DSLR". Cuando ve un objeto, el robot utiliza dos cámaras instaladas en su cabeza para comparar el color y la forma con imágenes almacenadas en su base de datos.
"EMIEW colecciona imágenes de varios objetos de Internet y las almacena en una base de datos externa", dijo el desarrollador Takashi Sumiyoshi.
"Entonces, cuando se le muestra algo, EMIEW calcula lo que es comparando el color y el tamaño. Si le nombras un objeto, EMIEW lo busca y te guía hasta donde esté localizado". Según informa Europa Press, para hacerlo, el robot se comunica con una red de cámaras instaladas alrededor de la habitación.
Al pedirle que encuentre un reloj, el robot dijo, "El reloj está en el escritorio del señor Tanaka. Le llevaré hasta él". A continuación, se deslizó hacia el escritorio a una velocidad de 6 kilómetros por hora, más o menos el ritmo al que puede seguirlo un ser humano a paso rápido.
El robot pesa 14 kilos y sus piernas se pliegan para facilitar su transporte. Las ruedas disponen de la tecnología "control de postura" lo que le ayuda a hacer más suaves los giros.
"Hemos desarrollado este robot para proporcionar a la gente servicios de orientación, así que tiene que ser hábil con los movimientos sin chocar con la gente y ligero también para que incluso si accidentalmente chocara con alguien no le haga daño", afirmó Sumiyoshi.
Los creadores del robot no tienen planes de comercializarlo pero creen que al final se convertirá en una presencia habitual en residencias de ancianos, hospitales y lugares turísticos y, en última instancia, de los hogares.