Las pitones birmanas que invaden las zonas silvestres del sur de Florida están devorando a gran velocidad los mamíferos que habitan en ese área de Estados Unidos, conocida por contar un ecosistema único en el mundo.
"Los mamíferos vistos en el Parque Nacional de los Everglades entre 2003 y 2011 han caído un 99,3% en el caso de los mapaches, un 98,9% en el de los zorros y un 87,5% en el de los linces", asegura la Academia Nacional estadounidense de Ciencias en un artículo publicado en el último número de su revista científica, Proceedings of the National Academy of Sciences.
Las pitones birmanas, unas serpientes constrictoras gigantes nativas de Asia que ahora se reparten por todo el sur de Florida, son un claro ejemplo de la "amenaza que suponen las especies invasoras para la biodiversidad mundial", señalan los autores. Su población se ha incrementado de manera drástica desde 2000, tanto en número como en dispersión geográfica.
"La gente que tenía a las pitones birmanas como mascotas las abandona en el campo al ver que ya no pueden ocuparse de ellas, sin ser consciente de la enorme velocidad a la que se reproduce este animal, en especial en un lugar pantanoso como éste, en el que no hay ningún otro predador que las amenace", comenta Ken Vallen, un voluntario del parque de los Everglades.
Demandan demasiada comida
"Cuando uno compra una pitón birmana recién nacida la considera una preciosidad, pero a las dos semanas ya se da cuenta de que la cantidad de comida que demanda es enorme. A los dos meses observan que la serpiente cada vez come más, es más grande y hasta empieza a mirar con ojos golosos al niño de la casa", comenta Vallen.
Según informa Efe, en 2009 una niña de dos años murió estrangulada mientras dormía por una pitón birmana que se escapó de su jaula en la casa donde vivía, al norte de Orlando (Florida).
A mediados de marzo está previsto que entre en vigor en EEUU la prohibición de importar a este país pitones birmanas y otras tres especies de grandes serpientes, una medida que era reclamada por las autoridades locales desde hacía años.
"La medida es un hito para la protección de los Everglades. Las serpientes constrictoras gigantes no pertenecen a los Everglades, como tampoco a los patios traseros de las casas de la gente", dijo el secretario estadounidense de Interior, Ken Salazar, cuando el pasado 17 de enero anunció la decisión de prohibir su importación.